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B44 D. CA ST ILLO CABALLERO 1.5.8. Una persona — no barí — convertida en "Uaiba” (monta­ ña con figura de hombre) Los mitos de transformación no cuestionan sólo la forma particular de ser de ciertos animales, sino también de la naturaleza bruta, inani­ mada, con tal que presente signos que causen extrañeza y asombro. También en los mitos barí se encuentran relatos que, intencionadamen­ te, pretenden explicar, fundar ciertos fenómenos extraños, acudiendo a los tiempos primordiales en los que se sitúan siempre aquéllos. Entre los distintos relatos, escogemos como muestra el siguiente. Nos lo rela­ tan de esta forma: «Cuentan los ancianos que, en tiempos antiguos, cierto día salió un barí de caza y se encontró con otra persona no barí, salida de las cenizas de la viejecita, que le preguntó: "Tú ¿eres sabroso?” . Y le mató dán­ dole con un hacha en la espalda. Se lo cargó en sus espaldas y se lo llevó para cocinarle. Otro día, vino al bohío barí. Se echó a dormir en el chinchorro. Entonces, la gente se enteró de que era el que había matado y comido al barí e intentó matarle a él. Cuando ya estaba dormi- dito, le ataron con bejucos por el cuello, el cuerpo y las piernas. Los hombres comenzaron, después, a tirarle flechas, muchas flechas y a dar­ le con machetes... Pero todo esto se partía y se volvía contra ellos. Re­ botaban las flechas en el hombre aquel como si fuera una piedra muy dura. Por fin, se les ocurrió una idea feliz: fueron las mujeres a buscar mucho ají picante al monte. Y , cuando ya todo estaba preparado, hicie­ ron un gran fuego en el bohío, quemaron todo el ají y salieron todos del bohío, cerrando bien todas las puertas menos una. Entonces, aquel hombre comenzó a respirar profundo, muy profundo (nuestros narrado­ res imitan los respiros que hacía aquel hombre)... Después comenzó a toser con el ají, al poco tiempo, le entró como ansias de respirar hasta que se murió de axfisia. El bohío se quemó todito, junto con el hom­ bre, convertidos ambos en pura piedra. Los barí marcharon, entonces, todos de aquel lugar a construir otro bohío en otra parte. Y , desde en­ tonces, el bohío aquel, junto con el hombre, se convirtió en "Uaiba” , en montaña con rocas puntiagudas y de forma muy particular» 22S. 2 2 8 . A. de V illa m a Ñ á n , a. c. , 15-16, presenta este relato con algunos de­ talles que no cambian en nada la intencionalidad del mismo. Entre los alimen­ tos que señala como propios: miel y frutas (1 5 ).

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