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636 D. CA ST ILLO CABALLERO Pero la obra de Sabaséba no podía quedar imperfecta. Según la mitología barí, una vez que salieron todos los animales de las cenizas de la viejecita, se dispuso a perfeccionarla, dándole sus últimos retoques. A este propósito resulta curiosa la explicación que el mito barí pro pone para diferenciar los animales domésticos de los no domésticos. Sabaséba hizo un pozo del que comenzó a surgir agua abundante y construyó un gran charco de barro. Vinieron muchos animales a beber del agua barrosa («Babá») que Sabaséba les había preparado y queda ron mansitos. Son los animales domesticados por los blancos y que no son dañinos. Mientras, Sabaséba segía observando. Se iban acercando danta, oso, cochino de monte, báquiro, muías, caballos, perros, vacas, gallinas... Otros, en cambio, no se acercaron a beber del agua barrosa, porque se lo impedían otros animales. Y se quedaron bravos, como el tigre. Otros, en fin, permanecieron con la boca cerrada, se les atragan taba el barro. Fueron los animales que contienen veneno y son dañinos, como algunas culebras y otros animales: los que hoy siguen picando a barí, produciéndoles la muerte o los tragan cuando los encuentran en la selva desamparados... Sabaséba se dedicó, también, a perfeccionarlos y a hacerles la mani cura. Así, al cochino de monte, que, al principio no comía ni corría, le puso dientes especiales y le colocó las uñas, con lo que le capacitó para comer de todo y para correr tan rápido, como lo hace en la actualidad. La obra de Sabaséba quedaba, de esta forma, completa. Una vez más, se manifiesta en este mito su intencionalidad religiosa en el modo anteriormente explicado. Los relatos mitológicos barí se sitúan en los mismos propósitos de todo lenguaje mitológico: preten den acercarnos a los orígenes desde la situación exister.cial actual. No importa de qué naturaleza sea dicha situación. Por muy trivial que se nos presente, con tal que esté afectando vitalmente a la vida del grupo, puede provocar una experiencia personal y comunitaria tan profunda que sitúe a aquél en actitud de búsqueda de fundamentación. Y lo hace remitiendo a hechos ejemplares, modélicos en los que irrumpieron seres sagrados y, gracias a los cuales, la vida social y cultural del grupo adquiere sentido. E l mito barí sobre el origen de los otros grupos étnicos, así como de los animales, nos revela, aun en sus mínimos por menores, este clima de remitirnos, simbólicamente, a los tiempos p ri mordiales en los que Sabaséba vivía junto a los barí, y en los que organizó el mundo existente, dándole forma y señalando a cada ser
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