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LOS BARÍ 613 ordenadora de Sabaseba. ¿Cómo, si no fuera de esta forma, el barí podía vivir tranquilo y sereno en esta tierra ordenada por la que camina seguro y que trabaja en la actualidad?...201. 1.2. Hombre — grupo barí — Otro de los fenómenos que resultaban enigmáticos para el pueblo barí, como para cualquier pueblo primitivo, era el de su existencia y forma de ser característica. Una vez más, su gran espíritu de observa­ ción les había llevado a percatarse de su condición humana y de las evidentes diferencias de los otros grupos étnicos conocidos: blancos, yukpa, guajiros... ¿Cómo podía ser posible este hecho? Y la tradición cultural barí había tratado de responder desde el mito a esta situación problemática. ¿Cómo era posible su propia existencia humana y la peculiaridad de su etnia? ¿A qué se debía esta diferenciación tan ma­ nifiesta? ¿Cómo iba a explicarse, a darse razón de ello, si no fuera porque en aquellos tiempos de los orígenes hubiese ocurrido alguna circunstancia que lo justificase, le diese sentido profundo, lo fundase? Y el mito barí acude de nuevo al gran personaje de su cultura: Sabaseba. Nos cuentan en sus relatos, y nos lo confirman nuestros infor­ madores, que Sabaseba era, como hemos visto, una persona muy apli­ cada a su labor-misión: transformador y ordenador de la tierra. Pero su trabajo resultaba muy laborioso; de verdad, ingrato. Por lo que se cansaba con frecuencia. En alguno de sus relatos hemos podido obser­ var que la frase «Y Sabaseba se cansaba, se fatigaba» se repite hasta veinte veces consecutivas... Era natural que sintiese hambre y tratase de reponer sus fuerzas, como cualquier otro barí en semejante circuns­ tancia. En aquel entonces, nos relata el mito barí, solo existía la piña («Ñangardú»), cuyo fruto es tan exquisito para el barí. Sabaseba, sin­ tiendo hambre, coge en sus manos una de aquéllas que encuentra más amarillas, más maduras, la parte por el medio con su machete y es cuando se percata que del corazón de la piña surge una familia: papá, mamá y niños. Era la primera familia barí. Sabaseba, seguidamente, 201. También intentarán fundamentar en los «tiempos primitivos» la si­ tuación de su propio grupo, y la de los demás grupos por ellos conocidos, den­ tro de un contexto geográfico preciso, así como la distribución de animales, etc., en lugares bien determinados. El mito barí de los orígenes pretende en­ contrar razón suficiente y definitiva tanto de la situación geográfica como de las funciones distintas que cada realidad ocupa y desempeña dentro de ese nue­ vo mundo ordenado por Sabaseba. Temas que analizaremos más tarde.

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