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612 D. CASTILLO CABALLERO y a quien se le asigna en los mitos una función transcendental: la de proporcionar una imagen ordenada y fundamentada del universo. «Sabaséba viene desde donde se oculta el sol». Esta expresión es una de las frases que con más insistencia se repite en los relatos mito­ lógicos barí. Una vez entrado en escena, se le hace venir cada día a desempeñar su función transformadora y ordenadora del universo. A pesar de lo oscuro de la tierra, «Sabaséba veía como si fuera de día». Es una de sus características más resaltadas, en contraposición al caos existente en torno a él. También se hace notar su diferencia de toda esta situación por su modo particular de contactar con la tierra: Saba­ séba nunca pisaba tierra en sus venidas e idas... Va siempre por el aire, «de forma suavecita», haciendo gala de su nombre: «viento suave». Su misión queda constantemente esclarecida en los mitos: Sabaséba es, ante todo, un «transformador», ordenador de la situación caótica de una tierra, «todita ella montañosa», convirtiéndola en otra sin ape­ nas montes ni fisuras... Es otra de las ideas que más se repiten en los relatos barí sobre los orígenes del mundo: «Desde la mañanita hasta la tarde, Sabaséba trabaja todo el tiempo en hacer la tierra llanita, sin montes...». Y los instrumentos que, según el mito barí, emplea en su trabajo son rudimentarios, muy primitivos, como corresponde a aquel entonces sin bienes culturales de la civilización: «el machete», tal como lo empleaban los antiguos barí. Sabaséba se comporta como un buen barí se conduciría en la preparación y transformación de su conuco... Sabaséba es presentado como el personaje que, con paciente empeño y aplicación a su tarea, procura mover una y otra vez la tierra para conseguir dejarla ordenada y llanita, como se encuentra en la actualidad. La intencionalidad que se manifiesta en estos mitos es la de presentar la figura de Sabaséba como el ordenador y transformador de la situación caótica primordial del cosmos, como la persona que da sentido y orden al mundo y legitima su existencia en la forma actual. Con esta respuesta mitológica, el pueblo barí puede enfrentarse ya con su mundo de modo satisfactorio y con sentido. La tierra que habita, y habitaron sus antiguos, se encuentra ordenada, porque había sido transformada por Sabaséba en aquellos tiempos primordiales en los que no existía orden alguno, sino que todo era oscuridad. El territorio actual en que habitan los barí y otros grupos étnicos adquiría con­ sistencia y significado profundos en virtud de la obra transformadora y

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