PS_NyG_1980v027n003p0413_0708

606 D. CASTILLO CABALLERO lación plástica y dramática de los continuos tanteos de esta etnia en su referencia hacia lo sagrado Somos conscientes de la dificultad que entraña cualquier intento de acercamiento a unos mitos que ya no son vividos por ellos, sino sólo relatados. Convertidos ya en mitologemas, y en parte desintegrados, corremos el riesgo en nuestro propósito de elaborar racionalmente sus respectivos contenidos y de clasificarlos, de no captar toda su prim i­ genia intencionalidad. Los mitos barí, como toda expresión religiosa primitiva, arran­ can de la experiencia comunitaria que ha ido acumulándose a lo largo de siglos. E l encuentro del hombre consigo mismo y su mundo — su circunstancia (mundo físico-natural y cultural)— , pone a aquél ante situaciones profundas que el grupo entiende como graves y definitivas. Surge, entonces, el asombro y desconcierto ante tantos fenómenos humanos y naturales en los que se siente situado, tratando de buscar seguridad, no científica, sino religiosa y de organizarse conforme a unos modelos culturales primordiales que consagren sus situaciones. De donde nace la expresión mitológica. En ella se hace visible la reso­ nancia interior del alma de un grupo profundamente afectado y lo hace desde unos condicionantes socioculturales que limitan el mismo sentido del mito. Este es, también, el proceso que se manifiesta en la mitología barí. E l pueblo barí, en íntima dependencia de su ambiente sociocultural, se ha experimentado sorprendido ante su condición humana. Y , en diálogo consigo mismo y su mundo, se ha esforzado por formalizarlos, proyectando sobre ellos un sentido profundo y la necesidad de en­ contrar equilibrio tanto en la vida de su propio grupo como en el de la naturaleza de la que se siente participar. Los mitos barí son, así, fruto 197. Para una ampliación del tema del mito en general, que resultaría muy ilustrativo para comprender mejor cuanto afirmaremos en nuestro estudio so­ bre la mitología barí, puede consultarse: R. C a l l o i s , Le mythe et l'homme, París 1938; M . E lia d e , Mitos, sueños y misterios. Revelaciones sobre un mun­ do simbólico y trascendente, Buenos Aires 1961; I d ., L o sagrado y lo pro/ano, Madrid 19732, 84-100; I d ., Mito y realidad, Madrid 1968; I d ., Tratado de His­ toria de las Religiones II. Madrid 1974. 196-225, con amplia bibliografía en 223-225; J. M a r t ín V e la s c o , El mito y sus interpretaciones, en XXVII Se­ mana Bíblica Española, 18-22 sept. 1967, Madrid 1970, 5-43; A . G o n z á le z N ú ñ e z , Mito, historia c Historia sagrada, en XXVII Semana Bíblica Españo­ la..., 63-93; E . C a s s ir e r , Filosofía de las formas simbólicas I I: El pensamien­ to mítico, México 1971; G. S. Kirk, El mito. Su significado y funciones en las distintas culturas, Barcelona 1973; F. J e s i, Mito, Barcelona 1976, con guía bibliográfica en 141-161.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz