PS_NyG_1980v027n003p0413_0708

584 D. CASTILLO CABALLERO (cf. Cantos 1 y 11). Predominan ciertos motivos interválicos como el de la cuarta as-cend-ente seguida de una tercera menor y segunda mayor descendentes. 3.“ Estructuración monódica de las melodías. Falta ese sentido ar­ mónico, que es el que determina nuestras modalidades mayores menores. No se aprecian formas polifónicas típicas en otras culturas indígenas como el organum o el fabordón. 4.’ Estructuración silábica de las melodías. A cada nota del texto corresponde una nota de la música. Ausencia de adornos, flo­ reos y otras excursiones vocales. E l texto, en el que juega un papel importante la improvisación, determina la línea melódica. Rn m o 1.* Las melodías muestran una línea rítmica muy libre, de estilo declaratorio, en la que aparecen a veces tendencias binarias. Como es el texto el que determina la marcha de la melodía es difícil hacer una fijación absoluta de estos cantos en nuestro sistema mensural. 2.“ Llama la atención la ausencia de «acompañamiento rítmico» ins­ trumental (sobre todo de percusión, acompañamiento éste tan peculiar en otras culturas indígenas musicales) como también la ausencia de toda manifestación rítmica coral o comunitaria (gol­ pe con los pies, palmadas, etc.). Esto ha repercutido sin duda en el poco desarrollo rítmico que muestran los cantos. Estos son expresión bastante individualizada. E l reparto vocal queda reducido como máximo a cuatro personas y siempre cantan al­ ternando. E l reparto en los cantos analizados muestra esta dis­ distribución: — Una sola persona: Cantos 1, 7, 2, 11. — Dos personas alternando: - dos mujeres: Canto 9, - dos hombres: Canto 5 y 4, - hombre y mujer: Canto 3 y 10. — Cuatro personas alternando: Canto 6. 3.' Los cantos analizados están relacionados con funciones como la caza, pesca, enterramiento, curación, etc.; cantos que favorecen poco un acompañamiento rítmico corporal, que podría ser refle-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz