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LOS BARÍ 429 manera particular. Luego, ha pasado a utilizarse sin discriminación para designar a todos los indígenas que llevaban un peinado corto especial. Además de no ser término autóctono, debemos reconocer que, a a partir de la segunda mitad del siglo xx, ha creado una enorme confu sión respecto a su aplicación. Con este mismo nombre han sido calificados otros grupos indí genas de la Sierra de Perijá en sus dos vertientes de Colombia y Venezuela, pertenecientes a la familia caribe y tan distintos cultural mente de los habitantes de las hoyas del Río Catatumbo, Río de Oro y Sardinata8. 8. Con el término motilón los primeros colonizadores se referían a los abo rígenes americanos, para designar a ciertos indígenas, ubicados en las márge nes de los ríos Catatumbo y Zulia, que se cortaban el pelo de forma llamativa, casi al rape. Y así fueron llamados durante siglos. ¡N o porque en los últimos tiempos conservasen aquellas costumbres! (cf. A . de A lc a c e r , El indio mo tilón..., 152). La confusión creada al haber aplicado el término genérico mo tilón a los indígenas que viven a ambos lados de la Sierra de Perijá (Colom- bia-Venezuela) ha sido nefasta para el pueblo barí. Desde el punto de vista etnológieo-antropológico ha significado confundir esquemas culturales tan dis tintos como el barí y el yukpa. E l error proviene del siglo x ix y particular mente de principios del xx. A l establecerse los misioneros capuchinos valen cianos en la M isió n de Santa M arta (Colombia), se observa en las descripcio nes de misioneros y antropólogos afirmaciones completamente inexactas respecto a su forma de ser. costumbres, etc., aplicando a los llamados motilones de la Colonia formas de ser y comportarse exclusivamente yukpa. A sí, en los infor mes que presenta Cam iío de Ibi, recogidos en Las Misiones Católicas de Co lombia. Labor de los M isioneros en el Caquetá y Putumayo, Magdalena y Au- raca. Informes año 1918-1919, Bogotá 1919. E n su Cuarta Parte, titulada M i sión de los Indios Motilones, se cita textualmente en varias páginas dicho in forme en el que se confunden constantemente nombres típicamente yukpa, ca rácter, vestido, costumbres, religión, bravura, etc., con los patrones culturales barí (155-178). Después del estudio sobre la cultura barí nos resulta incom prensible cómo hayan podido aplicarse a ésta elementos radicalmente diversos de la cultura yukpa, si no es porque, en realidad, hubiese ese desconocimiento tan elementa] de los barí auténticos. Cf. en esta misma línea Cam ilo de Ibi, Curiosos datos etnográficos y expedición a la Sierra de los Motilones, Bogotá 1919. Pero resulta todavía más sorprendente cómo B. de Carrocera, refirién dose a dicho misionero, pueda escribir en 1972 lo siguiente: «redujo a los indios motilones de la parte colombiana y estuvo plenamente consagradodesde 1918 hasta su muerte» (B. de C a rro c e ra , Ib i, Cam ilo de, en Diccionario Ecle siástico de España II, 1114, M adrid 1972). Eugenio de V a le n c ia , en su His toria de la Misión Guajira, Sierra Nevada y Motilones (Colombia) 1868-1924, Valencia 1924, nos habla de Usos y costumbres de los indios motilones (c. III): casas, costumbres... con idéntica confusión (235-237). Igualmente Fr. Jesualdo de B añ eres, Motilones, Ríohacha 1950. Sufren también esta confu sión etnólogos tan distinguidos como Bolinder, Teodoro de Booy, Reichel-Dol- matoff, Jahn, etc. E l estudio de G . R e ic h e l-D o lm a to ff, L os indios motilones. Etnografía y Lingüística, en RIEN. 2 (1945) 15-115, más 34 láminas precio sas sobre el tema, que suele citarse en este asunto, es preciso interpretarlo
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