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LOS BARÍ 573 a la imaginación tan fantástica y se figuraban escenas nunca ocurridas de las que se hacían protagonistas, y que todos degustaban con agrado. Mientras, las mujeres escuchaban, comentaban y se reían cuando algo les hacía gracia. Con este motivo, los papás ofrecían sus hijas a los varones visitan­ tes para que pasasen la noche con ellas, en señal de amistad y de hospi­ talidad, como ya hemos visto. Todos estos actos finalizaban con la invitación por parte del Ña- tubái del grupo visitante para que los anfitriones se animasen a hacerles una visita, para cantar el cántico «Chí». Y regresaban a su bohío. En nuestro trabajo de campo obtuvimos varias realizaciones de este canto.Aunque en todas ellas se apreciaba la falta del «lugar propicio» en elque tradicionalmente se cantaba: el bohío. Gregorio Alvarez nos proporcionó también una cinta magnetofónica en la que había recogido dicho canto hacía tiempo y precisamente dentro del bohío. Pero resul­ taba difícilcomprender a los mismos intérpretes su contenido. Por lo que tuvimosque optar por preferir la que habíamos recogido nosotros. Intervinieron en ella: Akuéro, A ru rí, Asebo y Akírikdá, con el texto siguiente 184: Akuéro : «E ... e... e... Y o tenía pocas flechas. Y o las tiraba lejos las flechas para cazar animales y pájaros. Arurí'. Y o tiré flechas, pero se perdieron en el monte cuando las tiré contra los animales cerca del río Koró. Akuéro: Ahora tengo yo muchas flechas. La flecha está pesada y no fue lejos; cayó en tierra y se clavó allí. Después tiré al mono otra flecha y él huyó corriendo, pero le había clavado la fle­ cha en el estómago y después cayó en el suelo. Cuando fleché al mono, se me acabaron las flechas y había muchos monos. Otras veces tiraba flecha y no clavaba. Iba por el aire y no la podía encontrar ya. Arurí: Cuando fui a cazar estuve en el cerro que está cerquita del caño Koró. Tiré flecha y se perdió. Después, encontré un mo­ no. Le tiré al mono y él huyó corriendo. 184. Hemos recogido sólo el texto de Akuéro y Arurí en la traducción co­ mo paradigmas de interpretación. Hay momentos en los que se entrecruzan las voces de los cuatro y resulte difícil a nuestros traductores entender el texto original.

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