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5 5 0 D . C A S T IL L O C A B A L L E R O cultura barí el Ñatubái no es una persona extraña, insólita, con poderes especiales; sino que su misión es simplemente la de servir al grupo comunal desde una situación normal y no sorprendente: no tabui- zada I53. 3 . 2 . Cantos Entre los elementos culturales barí más significativos se encuentra el canto. Resulta un medio de expresión cultural tradicional de capital importancia. El pueblo barí, tal como aparece en sus tradiciones, era una comunidad que se recreaba constantemente en sus tradiciones y las proclamaba en cantos. A través de ellos intentaba manifestar su espí­ ritu, aspiraciones, vivencias y preocupaciones siempre relacionadas con el grupo. El cantar es considerado por ellos como una de las recomen­ daciones más interesantes de Sabaséba, quien les preceptuó: «El barí debe cantar siempre; pero especialmente en ciertas situaciones comu­ nitarias». El barí, alegre por naturaleza, no podía menos de proyectarse de esta forma tan particularmente expresiva. Al preguntarles sobre esta cuestión en su historia, rápidamente nos respondían: « ¡Uf! Antes se cantaba mucho... siempre». 153. Uno de los temas más difíciles de precisar en la Fenomenología del hecho religioso es el de las prescripciones-tabú. Los autores no encuentran res­ puesta satisfactoria y convincente unánime. En lo que sí concuerdan todos ellos es en la interpretación no utilitarista de los mismos. Para un estudio de las funciones del tabú, puede consultarse R. B a s t id e , Éléments de sociologic religieuse, París 1935, 72 ss. A pesar del sentido no utilitarista de los tabús en la cultura barí, habría que reflexionar sobre las reminiscencias de antiguos patrones culturales patriarcales en algunos de ellos. ¿Por qué ciertas prohibi­ ciones de algunos alimentos poco sustanciosos y apetitosos para los hombres han pasado a ser tabú entre ellos?... Creemos que puede ser un tema de fu­ turas investigaciones, una vez que se conozca mejor su lengua. O . D ’E m p a ir e , en o. c., 273, alude a algunos tabús barí, pero los confunde en su aplicación. Guillén, en su Diario, hace referencia a «la especialidad de no comer el caimán ni sus huevos...» (277). En nuestra información esos tabús alimenticios no que­ daban comprendidos en sus prohibiciones actuales. St. Beckerman lo interpreta de la siguiente manera: «Quizás Guillén se basa en informaciones de tabús personales, cuando se refiere a los tabús en general. Es posible también que estos tabús individuales sean restos de un antiguo sistema de tabús, más am­ plio, acerca del consumo de ciertos tipos de carne» (a. c., 290). Por lo que respecta a la prohibición de mirar o señalar el arco iris, creemos que su ex­ plicación puede provenir de la relación de éste con la sangre, como veremos más tarde.

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