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548 D . C A S T IL L O C A B A L L E R O — mirar sangre: huele mal — dormir mucho: el niño nace tonto («Arikbá»). e. Tabús que afectan a los niños y niñas antes de ponerles el "Tarikbá” ( guayuco) o la "Dukdúra” (faldas): — usar vestido. Sólo les está permitido llevar cinturón o cuerda alrededor de la cintura («Ishirakdána»): — comer cabeza de animales: se ponen bravos y furiosos — cantar o gritar fuerte: entraba fiebre a los papás, dolía cabeza a quien escuchaba, vomitaban y se mareaban — salir por la noche del bohío (a excepción de salidas precisas para orinar o defecar): peligraba su vida, los agarraban seres mitológicos. f. Tabús que afectan a los niños(as) pequeñitos (antes de echar a an­ dar, puntualizn nuestros informadores): Las prohibiciones propias para ellos se referían particularmente a las comidas. Era tabú: — comer yuca: pierden fuerza y no pueden, después, caminar aprisa — comer grasas: pierden fuerzas y no pueden, después, caminar aprisa — comer carne y manteca: peligro de que se ahoguen — comer cabeza de animales, particularmente: se ponen bravos — comer gusanos de palma: se ponen bravos — comer mono de noche («Boksabú»): les da temblores y mueren — comer huevos: les impide caminar después — comer batata: se fatigan, se ahogan al caminar — comer pescado: peligro de ahogarse por espinas — reír, saltar estrepitosamente: daña garganta de papás, perjudica el corazón. En la enumeración de tabús hemos procurado señalar las razones que nuestros informadores aducían para tales prohibiciones. Son mo­ tivaciones que no resultan tan obvias y razonables como a simple vista apatece, ni mucho menos tan convincentes como ellos las expresan. En principio, parecen basarse en motivos de utilidad práctica. Sin em­ bargo, pensamos que, detrás de este sentido utilitario, se ocultan razo­ nes más profundas, que lo sobrepasan. Por más que intentamos descu­ brir ese «otro sentido» más hondo y distinto, ese «otro mundo de

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