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L O S B A R Í 533 Para conservar el agua en el bohío y bebería empleaban una forma de vasija especial, una totuma, parecida a la calabaza, de distintas capa­ cidades a la que llamaban «Doksá». 2 . 5 . Vestido y adorno La indumentaria barí, tanto en el hombre como en la mujer, era muy sencilla. Por lo que respecta a los varones, desde la pubertad, el único vestido que llevaban era el «Tarikbá» o guayuco, más o menos de 12 cm. de ancho por 25 de largo, con el que cubrían exclusivamente los órganos sexuales, sujetándolo con un bejuco a la cintura a modo de cinturón («Ishirakdána»). El resto del cuerpo iba al descubierto. La mujer, también desde la pubertad, llevaba una «Dukdúra» o faldita, toda ella de una pieza, tejida con verdadero primor con algo­ dón y lo suficientemente amplia para poderla recoger en la cintura, sobre ella misma. Cubría la cintura hasta debajo de la rodilla. El resto de su cuerpo iba, también, al descubierto. Cuando a la mujer le moles­ taba para caminar o se encontraba mojada en la selva, se la solía quitar, cubriéndose con hojas de la palmera llamada «Aragto°ba» (palma coro­ so). También los hombres dejaban el «Tarikbá» en ciertas ocasiones por la selva y se cubrían con hojas de «Bambín» I42. 142. El término «Aragtógba» recibe en Colombia el nombre castellano de «chontaduro». De ahí que en la parte colombiana de los barí se le deno­ mine en algunos autores con dicho nombre. Respecto al hecho de dejar el «Ta­ rikbá» en la selva, escribe A . de Villamañán: «Era antes muy frecuente entre los barí clavar en el suelo flechas en algún lugar para identificarse ante los basunchimba. A veces, sobre la flecha clavada colocaban un larikbá. Así lo encontré yo mismo en la primera entrada a los barí en 1960» ( Cosmovisión..., 24). Creemos que, de nuevo, se hace aquí una interpretación inexacta del fe­ nómeno analizado, según nuestros informadores. Según nos indican repetidas veces y en distintos grupos, los motivos eran diversos: para señalar el camino a los que seguían para la pesca o caza (en este caso solían poner también ho­ jas de bijao encima); para indicar camino difícil de pasar; para meter miedo a los yukpa y a los «dabaddó» (blancos) y, a veces, como señal de amistad. No hacen referencia alguna en ninguno de los casos, a los Basunchimba. Para el tema de vestido y adorno, puede consultarse la siguiente bibliogra­ fía: A . B o r ja s R o m e r o , a. c., 315; A . de V illa m a ñ á n , Primeros días..., 323- 325; Id ., Cosmovisión..., 23; A . de A l c a c e r , El indio motilón..., 55; Id ., Los barí..., 48-49; A . R . P o n s - O t r o s , a. c., 28-46; O . D ’E m p a ir e , o. c., 220-222; M . G o n z á l e z C., Uso y costumbres..., 370; Id ., L os indios motilones..., 52; Hno. G in é s - J. W i l b e r t , a. c„ 171-177. Entie los preceptos que sobre el vestido atribuían a Sabaséba estaba el de no andar con vestido mojado. Sobre el sentido práctico de este precepto no cabe la menor duda.

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