PS_NyG_1980v027n003p0413_0708

L O S B A R Í 5 2 1 trado por la esposa. La comida que cada familia recolecta, caza o pesca, es destinada exclusivamente al consumo de la misma» 126. El sistema de herencia, al poseer pocos bienes en particular, se encuentra poco desarrollado. El equipo personal de trabajo del hombre o de la mujer es administrado por cada uno de ellos, respectivamente. En caso de muerte de uno de éstos el equipo pasaba a ser de la persona que enviudaba hasta que volviese a casarse, en cuyo caso volvía a pertenecer a la persona que dentro de la familia hacía las veces del difunto(a), y cuyas funciones desempeñaba. Pero esta transferencia se efectuaba sin reglas de procedimiento consuetudinario reglamentado. Como hemos visto, no existía la transacción económica ni el poder adquisitivo del dinero. Sólo se daba el intercambio de regalos —lo más típico de flechas, guayucos y faldas— en caso de visitas especiales de los habitantes de un bohío a otro. Su importancia no era designo económico, sino de relación social y de amistad. Su sistema de vida variaba según las distintas épocas del año se lo imponía. Durante los meses de lluvia, los barí optaban por una for­ ma de vida más sedentaria. Los hombres se dedicaban, entonces, con preferencia, a preparar el material de caza, pesca, cultivo y cuidado de los conucos, mientras las mujeres empleaban el tiempo en sus tela­ res, dentro del bohío, fabricando y tejiendo canastas, esteras, guayucos, faldas... En el verano, en cambio, seguían una vida más abierta a la selva, dedicándose con más frecuencia a la caza y la pesca... Como antes hemos indicado, 1 a economía barí estaba basada en la caza, la pesca y la agricultura. Todo ello suponía un arte y entrega o dedicación particulares, para lo que utilizaban técnicas milenarias que se iban transmitiendo de unos a otros con todo rigor y que contribuían a formar en ellos conciencia de pueblo distinto a los otros que co­ nocían 127. 126. O. <r„ 57-58. 127. Para estos tres temas de economía barí, puede consultarse con uti­ lidad la bibliografía siguiente, si bien son estudios muy parciales del asunto que nos ocupa: A . B o r ja s R o m e r o , Una visita a los indios motilones, en Ven. Mis. 22 (1960) 317; Hno. G in é s - J. W i l b e r t , Una corta expedición a tierras motilonas, en MSCN. La Salle 20 (1960) 168-173; A . de V illa m a ñ a n . Pri­ meros días de amistosa convivencia de los misioneros en los bohíos motilones, en Ven.Mis. 22 (1960) 324-325; Id ., .Cosmovisión y religiosidad de los barí..., 21-23; A . de A l c a c e r , El indio motilón..., 48-55; Id ., Los barí..., 37-41. 57- 58; M . G o n z á l e z C., Uso y costumbres de los motilones, en Ven.Mis. 30 (1968) 57; Id ., L os indios motilones y sus costumbres, en Ven.Mis. 32 (1970) 370; O . D ’E m p a ire , Introducción al estudio de la cultura barí..., 214-219. 296 s. 8

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz