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R E L E C T U R A Y D IA L O G O CON E L A U T O R . 143 Israel, sino Jesús». Hasta ahora todos los cristianos habíamos enten­ dido esto así. Pero nadie había sospechado ni sospecha que todo ello no haya sido una realidad anunciada proféticamente por Dios con los hechos del Antiguo Testamento, tal como lo da a entender San Mateo. «También Lucas se acerca a los misterios de la infancia de Jesús lleno de fe. Esta dispone los recuerdos y tradiciones en alternancia cronológica y literaria». Esta ya no, P. Scheifler. En primer lugar no insinúe, antes de haberlo demostrado — y lo hace ahora, al hablar de San Lucas— , que el evangelio de San Mateo responde sólo a su fe y no a la verdad histórica de los hechos... Y en segundo lugar confieso mi sorpresa, pues precisamente es el mismo San Lucas quien nos pre­ senta su evangelio advirtiéndonos que «puesto que muchos han em­ prendido el trabajo de coordinar la narración de las cosas verificadas entre nosotros, según que nos las transmitieron los que desde el prin­ cipio fueron testigos oculares y después ministros de la palabra, he resuelto también yo, después de haberlas investigado todas escrupulo­ samente desde su origen, escribírtelas por su orden, excelentísimo Teófilo». Es el mismo Lucas quien reclama la autenticidad histórica y cronológica de su evangelio. "Radiografía literaria de los relatos ” 4 P. Scheifler: «El anuncio evangélico tradicional comenzaba en la vida pública de Jesús a partir del bautismo de Juan; no sabía nada de los oscuros años de la infancia». Podría pasar. Aunque hay que de­ mostrarlo. «¿Qué indujo a los redactores de Mt y de Le a traspasar este límite? ¿De qué materiales dispusieron para recomponer aquellos viejos sucesos y recuerdos? ¿Qué procedimientos literarios utilizaron en el manejo de los datos, de las tradiciones, etc., para comunicar su "buena nueva” navideña?». Aquí da ya el P. Scheifler por sentado que los autores de Mt y de Le no son ni San Mateo ni San Lucas. «La discrepancia entre las respectivas narraciones de los evange­ listas es tal que resultan literariamente irreconciliables. Irreconciliables como para plantear una duda seria sobre la historicidad estricta de más de uno de los episodios narrados». Los datos que el P. Scheifler aduce son los siguientes: «Le no sabe nada de todo lo inmediato al nacimiento del niño, aunque sea tan aparatoso y grave como una em­ 4 . J. R . S c h e i f l e r , a. c., 8 3 8 ss.

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