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166 R IC A R D O M A R IM O N B A T L L O no ha sido fundamentada en absoluto por Scheifler, y nos parece la menos fundamentada de todas en el campo de la exégesis. 3.“ «Relato de género midráshico con el fin de resaltar el carácter sobrehumano de Jesús». Scheifler da por cierta esta interpretación que es la suya, y afirma: «Explica todos los fenómenos y datos del NT aducidos y evita todos los extraños montajes para descifrar, a nivel humano y divino, el matrimonio virginal de María y José». No nos parece que deje bien explicados todos los datos del NT ni mucho me­ nos, sobre todo el que él califica de ficción midráshica... Y en cuanto a descifrar el matrimonio virginal de María y José lo que hace no es descifrarlo, sino sencillamente negarlo... " Navidades de Jesús y navidades cristianas ” 24 Al final de su artículo escribía el P. Scheifler una crítica dura contra las «navidades cristianas» carentes, según su estudio, de rigor histórico, «inquietantes» para su «concepción crítica sobre la persona de Jesús». «Siempre somos un poco niños — decía— , y como tenemos necesidad de poesía, tras hablar tanto como hombres necesitamos tam­ bién el lenguaje de los niños». Ese lenguaje que todo significaría lo mismo: «hadas y magos, ángeles y pastores»... y que a lo más sólo sirve para penetrar en la «verdad trascendental» de Jesús; y para recoger las enseñanzas morales que se nos dan bajo aquellos símbolos, como por ejemplo, el que «para los que están encerrados en el castillo de sus privilegios, orgullo y afán de poder, la sola noticia de Jesús es causa de inquietud, nacimiento de odio — (como lo fue para Herodes y Jerusalén)— y hasta maquinación de crimen...». El P. Scheifler daba por supuesta la aceptación de sus conclusio­ nes... Para él que Jesús se hubiera hecho en todo semejante a nos­ otros «menos en el pecado» implicaba también el que hubiera nacido como todos los demás hombres... Pero ya hemos visto que no. Sus opiniones, como las de otros, no son más que hipotéticas, y están en pugna con la mayor parte de la Escritura y con toda la interpretación cristiana de ésta hasta la reforma protestante. Y están en pugna tam­ bién con la mayor parte de los mismos cristianos separados desde la reforma hasta hoy. No se trata, pues, ni siquiera de una opinión «pro­ bable». Ni mucho menos. Podemos, por tanto, seguir celebrando las 24 . J. 11. S c h e i f l e r , a. c., 8 4 9 .

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