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R E L E C T U R A Y D IA L O G O CON E L A U T O R . 163 Le recoge el sentido más estricto de la profecía sobre «la Virgen que concibe y da a luz». En cuanto al lenguaje paulino es también en esto claro y diáfano. Partbenos en todo el contexto de 1 Cor 7, 25-38 se refiere exclusivamente a la virginidad en el sentido más estricto. No comprendemos, pues, a qué otros lugares se refiere el P. Scheifler cuan­ do afirma que «en el griego de la época neotestamentaria "virgen” puede señalar la "juventud” de personas casadas o no y la ausencia de "otras” relaciones sexuales que las del matrimonio». Biología y revelación 16 Examina el P. Scheifler la cuestión de principios: «Hoy se explí­ cita lo que ha debido ser siempre el único campo de la infalibilidad bíblica: todo (y solo) aquello que se nos transmite por causa de nues­ tra salvación». De acuerdo. Así se expresa en la constitución dogmática sobre la divina revelación el concilio Vaticano II 17. «Un campo más limitado aun — continúa Scheifler— , el de las materias "de fe y cos­ tumbres” , es el reservado a la infalibilidad del magisterio». ¡Cuidado! Ahí ya no vemos la razón de esta «limitación». La misma constitución DV del Vaticano II no hace esta limitación cuando afirma: «el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado al magisterio vivo de la Iglesia» (DV, 10). Por tanto todo lo que nos da la Sagrada Escritura y la Tradición, sin limitación alguna, es también campo del magisterio. Los campos son, pues, idén­ ticos. Pero Scheifler parece reducir el campo del magisterio al de las puras «definiciones dogmáticas». Sin embargo, ello extorsiona un tanto el sentido del magisterio «auténtico» de los Obispos y del Papa ex­ puestos en la constitución dogmática sobre la Iglesia (LG, 25), sobre todo el del Papa, del que afirma expresamente: «Esta religiosa sumi­ sión de la voluntad y del entendimiento de modo particular se debe al magisterio del Romano Pontífice, aun cuando no hable ex cathedra\ de tal manera que se reconozca su magisterio supremo»... (Ibid.). En realidad, lo que Scheifler quiere sustraer al magisterio, lo mismo que a la «infalibilidad bíblica», son las «ciencias naturales» y «la historia en cuanto tales». Pero ello resulta arbitrario, pues el concilio afirma con toda su fuerza que «como todo lo que los autores inspirados o hagiógrafos afirman debe tenerse como afirmado por el Espíritu Santo, 16. J. R. S cheifler , a. c., S47. 17. DV, 6 . 7. 1 1 .

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