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116 LEONARDO BOFF había creado sus principales instituciones: escuelas, hospitales, obras de asistencia, universidades católicas, otras instituciones; la intención era convertir a los hijos de los poderosos para que, una vez conver tidos, ellos, por su parte, ayudasen a los pobres. La ayuda, que jamás ha faltado, no fue suficiente ni efectiva porque nunca se ha superado la mentalidad asistencial, ni cuestionado el sistema social en el que vivimos, que es de un capitalismo dependiente, desigual y asociado. Ahora, la opción-conversión a los pobres implica que la Iglesia se vuelve de manera más directa a las capas populares, utiliza poco la mediación de las clases dirigentes y del Estado (controlado por ellas), y quiere encarnarse en los pobres, participar de sus luchas y hacerlos portadores privilegiados del proyecto de la Iglesia. Se intenta crear no solamente una Iglesia para los pobres, sino una Iglesia con los pobres y de los pobres. Esto implica necesariamente un cambio de men talidad y de prácticas eclesiales (conversión), una reorientación de las fuerzas eclesiales y una manera nueva de organizar la comunidad con medios pobres. Preferencial: la Iglesia es esencialmente católica, es decir, abierta a todos los hombres que quieren escuchar la Palabra y ponerla en práctica. Ella no puede ser clasista y encerrarse dentro de los límites de un estamento de la sociedad. Pero con la expresión preferencial, Puebla quiere definir el punto desde el cual la Iglesia debe hablar y anunciar su mensaje liberador6. Es desde los pobres, no exclusiva, sino preferencialmente (n. 27). Solamente desde los pobres y a través de los pobres, la Iglesia puede ser madre y maestra de todos. Desde ellos se recupera la universalidad de su llamada a la salvación, porque, cuan do la Iglesia habla desde los pobres, todas las demás clases sociales se sienten afectadas. No sucede lo mismo cuando ella habla desde los pudientes, porque, entonces, los pobres quedan efectivamente exclui dos. Esta opción por los pobres trae incomprensiones a la Iglesia (n. 83): «grupos económicamente fuertes se han sentido abandonados por la Iglesia que, según ellos, ha dejado su misión "espiritual” » (n. 79). Esta opción por los pobres actualiza la opción del Jesús histórico. Es sabido, y exegéticamente seguro, que los pobres fueron, efectiva mente, los primeros destinatarios de su mensaje. El Evangelio se hace realmente buena noticia solamente desde la óptica de los pobres, por 6. Cf. L. B. Gómez de Souza, Documento de Puebla: diagnóstico a partir dos pobres, en Revista Eclesiástica Brasileira 39 (1979) 63-86.
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