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EL FRUTO MEJOR DE LA TEOLOGIA. 115 La percepción de los grados extremos de pobreza de nuestros pue­ blos está a la base de la opción preferencial por los pobres. Trátase de una opción por los pobres contra la pobreza que sufren, porque ella es fruto de la injusticia institucionalizada (n. 1156). La Iglesia se solidariza y se identifica con las clases populares po­ bres; intenta leer la realidad desde los pobres, desde sus reivindica­ ciones, desde sus esperanzas por más justicia y participación. Desde los pobres aparece claramente que el desarrollo en moldes capitalistas no está hecho en función del pueblo y para el pueblo, sino a costa del pueblo y casi siempre contra el pueblo. Por esto, el tema de su anuncio evangelizador no es resignación o progreso, desarrollo y re­ formas, sino liberación que intenta crear otra forma de convivencia menos injusta y disimétrica. Por eso, también, desde la perspectiva de los pobres, los temas más relevantes del anuncio y de la catequesis son: justicia, derechos humanos (especialmente derechos de los pobres), fra­ ternidad, participación, liberación y promoción humana. Todos estos temas no son marginales, sino que pertenecen ya a la esencia, ya a la integridad de la evangelización. b) Por los pobres, contra la pobreza Antes de detallar lo que implica la opción preferencial por los pobres, convendría colocar exactamente los términos para evitar con­ fusiones tan frecuentes en este campo5. Aclaremos la expresión «op­ ción preferencial por los pobres». En primer lugar, opción es sinónimo de conversión. Puebla es muy clara al hacer esta identificación: «El servicio al pobre exige, de he­ cho, una conversión y purificación constantes en todos los cristianos, para alcanzarse una identificación cada día más plena con Cristo pobre y con los pobres» (n. 1140). Una Iglesia que se convierte a los pobres no es todavía una Iglesia pobre. Ella se siente distanciada de ellos: «ni todos nos hemos comprometido suficientemente con los pobres; ni siempre nos hemos preocupado con ellos o somos con ellos solida­ rios» (n. 1140). Esto quiere decir que la Iglesia, en los últimos siglos, estaba mucho más asociada a las clases pudientes de la sociedad. Desde ellas intentó alcanzar a los pobres. En función de las clases dirigentes 5. Cf. J . d e S a n ta A n a , El desafio de los pobres a la Iglesia, Costa Rica 1 9 7 7 ; Los pobres. Encuentro y compromiso, Buenos Aires 1 9 7 8 ; R. V id a le s , Desde la tradición de los pobres, México 1 9 78 1 9 7 8 ; L . B o f f , Teología del cau­ tiverio y de la liberación, Madrid 1 9 78 (Pobreza y liberación 2 9 1 -3 1 6 ).

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