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UNA MORAL CERCA DEL EVANGELIO 95 con una nueva actitud y actividad a Dios, al hombre y al mundo; eso es acoger la buena nueva del Reino. B) Apertura La conversión no se comprende desde las rupturas que impone; la «buena noticia» de Jesús no es una resta, una sustracción a la vida del hombre (Mt 5, 17). No es una cadena interminable de «noes», sino un sí (2 Cor 1, 19), fundamental y global a Dios Padre, sí, que reviste la modalidad de un retorno; con una peculiaridad: el camino no lo recorre en su totalidad el hombre solo, también Dios se ha puesto en camino para facilitar y posibilitar ese encuentro (Le 15, 20). El evangelio no es buena noticia porque nos hable de la conversión del hombre, sino porque nos habla de la conversión de Dios. No se convierte, por tanto, sólo el hombre a Dios, también Dios se convierte al hombre. Y Jesús es el lugar de ese encuentro (Jn 3, 16) — sacra­ mento del encuentro de Dios con el hombre y del hombre con Dios— 16. Porque Jesús es el ejemplo de la conversión de Dios al hombre, total y sin reservas (Flp 2, 6 ss.), ha de ser el modelo de la conver­ sión del hombre a Dios, total y sin reservas (Mt 10, 37 ss.). No puede ser fragmentaria — por entregas— , ni dubitativa; desde el primer mo­ mento ha de ser decisiva (Le 9, 62). Pero tampoco puede ser automá­ tica; es un camino, una transformación (Rom 12, 2). Los términos bíblicos que objetivan la realidad de la conversión arrojan cierta luz sobre su modalidad: shub (volver), metanoein (pen- sar-más-allá)'7. El camino existencial del hombre no sólo ha de corregir en unos grados su orientación, ha de girar completamente; su pensa­ miento no sólo tiene que ser enriquecido con algunos elementos, tiene que trascenderse a sí mismo, para «llegar a conocer cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento» (Ef 3, 18-19). Y esta reorientación y trascendencia sólo es posible con la gracia de Dios (2 Cor 5, 18), ofrecida de manera multiforme en Jesucristo, Camino para posibilitar nuestros pasos, y Verdad para orientar nuestros pensamientos. 16. E. S c h il l e b e e c k x , Cristo, sacramento del encuentro con Dios, Pamplona 1971. 17. W. L. H a l l a d a y , The root subh in the Oíd Testament, Leiden 1958.

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