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UNA MORAL CERCA DEL EVANGELIO 91 integralmente humana, la moral debe ser cristiana... La moral, para ser integralmente cristiana, debe ser plenamente humana» 9. Después de estas precisiones, podemos delinear algunos aspectos de la moral neotestamentaria. E l p r o y e c t o m o r a l c r is t ia n o El ideal cristiano no es la deificación — el gran pecado del paraíso fue la pretensión de ser como Dios (Gn 3 ,5 ), contestada con la opción de Jesús (Flp 2, 6)— sino la humanización total. Incluso después de la muerte el ideal de la humanización no desaparece 10. Quizá, con todo, no quede totalmente explicitado el proyecto moral cristiano presentándolo como consecución de las más altas cotas de humanización. Es preciso delimitar, identificar el paradigma, el modelo de hombre que dinamiza la moral neotestamentaria: el hombre Cristo- Jesús; modelo que no hay que reproducir sino recrear («esforzaos por tener en vosotros los sentimientos de Cristo Jesús» —Flp 2, 5— ), ya que para el hombre no existe otra posibilidad de realización, de salva­ ción (Act 4, 12). El proyecto moral del cristiano no consiste en la adecuación a una norma, sino en la simpatía con una persona. Su singularidad no reside en lo peculiar de sus leyes, sino en la peculiaridad de Jesús. De aquí se desprende una importante conclusión para la catequesis: más que enseñar normas (que son necesarias) cristianas hay que descubrir a Jesús, como Verdad, Camino y Vida. El proyecto moral neotestamentario es, pues, la plena humanización, mejor, la cristificación del hombre. Objetivar las dimensiones, las actitudes éticas fundamentales de Jesús, me parece una tarea sumamente complicada, porque supone «graduar» desde la subjetividad personal y contextual, con el consi­ guiente riesgo de manipular o alterar los datos; a más de la proble­ mática textual inherente a la formulación de las mismas. Con todo, creo no estar muy lejos de un acercamiento objetivo si apunto a su 9. E. H a m e l , La thcologie morale entre l'Ecriture el la raisoit, en Gregoria- num 56 (1975) 279-280. 10. Cf. J. L. Ruiz d e l a P e ñ a , La otrc dimensión, Madrid 1975, 191-267. 291-327. San Ignacio de Antioquía esperaba la otra vida como la posibilidad de la máxima humanización: «Allí seré de verdad hombre» (Ad Rom 6, 1-2, en D. Ruiz B u e n o , Padres Apostólicos, Madrid 1965, 478).

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