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UNA MORAL CERCA DEL EVANGELIO 8 9 También los textos neotestamentarios arrojan luz sobre este aspecto. El mensaje evangélico no establece un código moral propiamente di­ cho; es más una llamada a la libertad que al orden. Jesús exige, con una proclamación radical, la conversión y el cambio. En el horizonte de Jesús la cuestión por él suscitada y defendida no es una cuestión moral, sino una cuestión vital. Por eso su actitud frente a la ley, insti­ tuciones e instancias religioso-morales no es de simple «perfeccionis­ mo»; ha emergido un tiempo, cualitativamente distinto, con nuevos planteamientos y respuestas:i. El cristianismo no es una moral; trasciende esa perspectiva. Por eso, no es compentencia propia del cristianismo aportar al hombre las respuestas específicas a sus problemas — morales, políticos o económi­ cos— . Es el hombre el llamado a crear esas respuestas; el cristianismo las asume y eleva al hombre por encima de ellas. Consecuentemente, «la fe debe encontrar su propio ámbito y no continuar presente en el orden humano, inmiscuyéndose indebidamente en campos propios de un or­ den humano autónomo, pues sólo así podrá ser una afirmación valiosa a los problemas éticos del hombre. Si la moral cristiana pretende eri­ girse en juez inapelable de todo el orden ético humano, desbordando los límites precisos de lo que es la revelación, no por ello los problemas humanos serán más iluminados, y la misma moral cristiana quedará desprestigiada al reivindicar una autoridad que es propia de la razón humana» 6. Reconociendo que para muchos problemas no tiene solución pro­ pia, la Iglesia gana en modestia; y, convirtiéndose en compañera de búsqueda de los hombres, ganará en dignidad y credibilidad evan­ gélica. Admitida la necesidad de una concreción humana, ¿hasta qué pun­ to puede admitirse que lo cristiano necesite una base humana determi­ nada, un sistema ético concreto ? No pocos piensan que la fe cristiana 5. G. B a r b a g i . io , Conoscenza siorica di Gesú, Brescia 197S, 103-119; J. E s p e ja , Jesucristo, palabra de libertad, Salamanca 1979, 93-138. Identificar el motivo de la peculiar actitud de Jesús ante la normativa moral existente se revela una tarea difícil. Tomando como núcleo el Sermón del Monte, se han barajado diversas hipótesis: la perfeccionista, la de la incumplimentabi- lidad del precepto y la de la ética del ínterim. Un desarrollo y crítica de las mismas puede verse en la obra de J. J e r e m ía s , Palabras de Jesús, Madrid 1970, 29-100. 6 . A. O s u n a , Dcrecbo natural y morcl cristiana, Salamanca 1978. 214.

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