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76 ENRIQUE RIVERA se ha nutrido en gran manera la gran metafísica de las ideas que L. Coimbra aceptó íntegramente como pensamiento y como vivencia emo­ cional 41. b) «Da Foz a Nascente» Un pesimismo, muy reiterado en la historia, condena al hombre a verse al final abocado a la nada. L. Coimbra muestra honda sensibili­ dad ante este tema. Dos formas literarias prefiere para expresarla. Esta evanescencia le habla de que llegará un último vendaval de otoño que ha de asolarlo todo y un momento en el que los astros serán los últi­ mos cadáveres del universo42. Otras veces evoca la carrera veloz del soldado griego que cae muerto al llegar a la plaza. L. Coimbra recuerda este hecho al decirnos que la ciencia moderna muestra la vida humana como un trágico y alucinante «Maratón de la muerte» 43. Es de notar que al recordar este hecho histórico lo contempla desde su aspecto más negativo, es decir, ve la carrera que acaba con la muerte, silen­ ciando que la última palabra del corredor fue la de anunciar el triunfo de la patria. Por el contrario, ningún triunfo anuncia la ciencia en el maratón cósmico hacia la muerte. No hay más triunfo que el de la nada sobre el ser. A esto lo llama L. Coimbra el triunfo del nihilismo. Protesta L. Coimbra de esta visión del mundo que no es la suya. Pero no puede menos de detectar en el sombrío pensamiento moderno las fuertes pinzas de la tenaza del nihilismo44. Sin aceptar este nihilismo desolador la tradición cristiana se vincula con la bíblica para hacer sentir el desfile de todas las cosas hacia la muerte. Esta sensibilidad halló en las coplas de J. Manrique, una de las máximas expresiones literarias cuando el poeta canta dolorido ante la muerte de su padre: «Nuestra vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir... 41. Véase la magnífica obertura a su meditación» O humanismo cristáo en A Rússia..., 17 ss. 42. S. Francisco..., 111. 43. O. c„ 105. 44. O. c., 107. El temadel caosy delnihilismoes otradelasconstantes del ideario de L. Coimbra, pero siempre pararechazarlos desdesuvisiónplató­ nico-cristiana del cosmos.

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