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SOBRE TEMAS ETICOS DE ACTUALIDAD 4 0 5 Como chiste de agenda puede ser recogida la frase de E instein : D es­ pués de la fu tu ra guerra de hidrógeno, la siguiente no podrá ser más que de garrotes. Nada de esto justifica esta traducción que hasta pudiera interpre­ tarse como un insulto a la fecunda tradición hispánica en este campo, con nombres como los de Vitoria, Soto, A. de Castro y Suárez. Nin­ guno de éstos suena en este libro, al menos de modo detenido. Y esto es más hiriente por cuanto titula así un apartado: Renacimiento y época posterior. En la exposición del mismo, después de un cotejo anodino entre la época medieval y renacentista, inicia el segundo párrafo con este texto: «Entre los juristas el nombre que aparece más frecuentemente asociado con el movimiento hacia una sociedad tem­ poral más independiente, es el de Hugo Grocio, teorizante de la ley natural y del derecho internacional (p. 52). Este subrayado nuestro pone más en evidencia el silencio del autor sobre nuestros grandes teóricos del derecho internacional. En días en que afortunadamente está en alza el nombre de Suárez en el campo de estos estudios no se comprende que un traductor que a su nombre añade la sigla S. J. y que un centro de publicaciones tan ligado a esa misma sigla, nos den esta traducción, buena para los jóvenes aprendices de U.S.A., pero muy desmedrada para hacer acto de presencia en nuestros medios cul­ turales. Por otra parte, la moral tradicional, en la que esta obra se inserta, no gana nada con esta clase de libros en los que los temas vidriosos se silencian. 3. Frente a la carencia de novedad de las dos obras anteriores ad­ quiere más relieve el estudio de K. Demmer en busca de ulteriores fundamentos para la moral tradicional. Cree hallarlos en la atrevida aplicación del método transcendental a la ética. Pero no se vincula a Kant en el uso de este método, sino a la escuela de Marechal, pro­ longada en nombres bien conocidos de la actual metafísica alemana: K. Rahner, J. B. Lotz, E. Coreth, etc... E l supuesto fundamental que viene a ser el estrato primario sobre el que se asienta este estudio, consiste en afirmar que si se dan elementos transcedentales «a priori» en el conocimiento, los tiene que haber igualmente en la voluntad. De ahí el que en la primera parte se expongan las exigencias que im­ porta en sí la postura metafísico-transcendental juntamente con sus límites para tratar de precisar la fundamentación filosófico-transcen- dental de la decisión moral. Partiendo del ser como libertad tiene que explicarse el surgir de la decisión moral y el automafirmarse del ser