PS_NyG_1979v026n002p0401_0419

4 1 6 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA con repercusión en ambientes católicos. Pensamos que esta directriz de las iglesias cristianas americanas es mucho más constructora que las supuestas teorías de la «muerte de Dios», que acabarán muy pronto con la muerte del hombre. 3. R. Elken es un investigador en el campo de la técnica, espe­ cialmente en el campo de la Química. Con esa ingenua ilusión, tan propia del especialista en un saber científico, cree haber hallado un excelente camino para resolver los problemas éticos y contribuir a una humanidad más sana y más perfecta. En esta obra, con un lenguaje poco técnico para hacerla más accesible al público, intenta llevar al conocimiento de la organización química de la vida. Se vincula en este empeño a una tradición científica cuyos nombres principales son Ber­ zelius, Horstmann, W. Ostvvmann, W. Ostwald y sobre todo A. Mit- tasch. Esta tradición pretende clarificar los fundamentos de la inves­ tigación científica en el campo de la Química, aplicada a la biología molecular. Con ello se quieren dar aportaciones sabias a la medicina, psicología y sociología. Especialmente cree poder llenar el gran vacío que se hacía sentir entre los conocimientos científicos y los preceptos éticos. Da un paso más y piensa que la Iglesia debe incorporar estos conocimientos científicos a la teología, para poder estar a la altura de los tiempos. También los juristas, los pedagogos, los sociólogos, los militares y los políticos pueden hallar en esta dirección científica pre­ cisas orientaciones para su actuación. Finalmente, la filosofía halla en estas investigaciones una nueva manera de determinar el proceso de la vida. Recuerda esta obra la antropología de X . Zubiri cuando afirma que el hombre está constituido por estas tres notas: quimismo, sen­ sibilidad e inteligencia. ¿Toma conciencia R. Elken de que en su obra tan sólo se describe una de las notas del constitutivo humano? Nos parece que en el campo del quimismo está acertado en su visión. Pero no lo está en su despreocupación por las ortas notas de ser humano. Es el todo y no la parte lo que nos interesa conocer. Pero bienvenido sea el conocimiento de la parte si este nos lleva al conocimiento de todo.