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SOBRE TEMAS ETICOS DE ACTUALIDAD 4 1 1 III. En TORNO A LA É T ICA CRISTIAN A 1. Joseph F u c h s , La moral y la teología moral postconciliar, Bar­ celona, Herder 1969, 14 X 19, 149 pp. 2. Gabriel G a r r o n e , Moral cristiana y valores humanos, trad. L. Antonio, Barcelona, Herder 1969, 14 X 19, 268 pp. 3. W. H. M. Van der Marck, Toward a christian Ethic, trad. D. J. Barret, New York, Newman 1967, 14 X 19, 170 pp. 4. Charles E. C u r r a n , A new Look at christian Morality, Indiana, Fides 1968, 14 X 19, 249 pp. 5. Roger Mehl, Etica católica y ética protestante, trad. M. Colom, Barcelona, Herder 1973, 13 X 18, 140 pp. 1. Desde fuera de la Iglesia y desde ciertas actitudes de pensa­ dores católicos parece que la moral cristiana se halla en crisis. Pensa­ mos que una reflexión madura sobre la moral católica a la luz del Vaticano II no permite esta afirmación. En el decreto «Optatam totius » sobre la formación sacerdotal se dan precisas orientaciones que empal­ man con la tradición y buscan en ella lo mejor de su mensaje. Con­ siste éste en que la moral cristiana debe volver a presentarse al mundo como la buena nueva, como el alegre mensaje de la incorporación de los fieles en Cristo, para realizar mejor su vocación humana y divina. La pequeña obra del prof. J. Fuchs quiere llamar la atención sobre estas ideas directrices del Vaticano II, haciendo ver que la moral cris­ tiana no se halla en crisis, porque sus fundamentos han quedado in­ conmovibles en la balumba de este difícil momento. Pero es necesario ponerlos más en relieve para que no queden soterrados por cuatro cuestiones de superficie. En estos tres puntos pudiera resumirse la nueva dirección de la moral cristiana: 1) Moral cristocéntrica, es de­ cir, una moral, que subraye primariamente la vocación del cristiano a la unión con Cristo y a la aceptación de su mensaje; 2) Moral de comunidad, frente a muchas tendencias individualistas que han domi­ nado en la moral del pasado; 3) Moral para el mundo de hoy, por ser el cristiano un hombre encarnado en su tiempo, como Jesús en el suyo. Lógica consecuencia de estos principios es el relieve que adquiere en esta moral la ley de Cristo, como norma, la cual no se halla sóla con sus rígidos mandatos, sino que es acompañada por la gracia. Parece

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