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EN TORNO A UNA POLEMICA: ¿UNA NUEVA. 377 la concepción virginal, Brovvn 16 enum era: la santidad de M aría, la impecabilidad de Jesús y su filiación divina. P ero , en realidad, ninguna de estas afirmaciones, exam inadas en profundid ad , exigen tal dato. La santidad de M aría no exige la concepción v irg in a l17. Los relatos de la infancia no establecen la m enor conexión en tre la concepción virginal y el valor del estado de virginidad. M aría se presenta como una mujer que ha optado p o r el m atrim onio (más adelante aludiremos a Le 1, 34), po r lo que la concepción virginal le resulta sorpresiva: es una intervención g ratu ita de Dios. «Tom ando como base a los evan­ gelios sería casi imposible m antener que María habría sido menos santa si hub iera tenido relaciones normales con su marido y que a través de ellas hub iera nacido Jesús» I8. Tampoco confesar a Jesús como el hom bre, semejante en todo a nosotro s, excepto en el pecado, exige la concepción v irg in a l19. D en tro de la dogmática católica se adm ite con norm alidad la distinción entre «concepción inmaculada» (M aría) y «concepción virginal» (Jesús). Ex­ cluyendo en ambos casos la presencia del pecado, las afirmaciones con­ tenidas son substancialm ente diversas 20. E l hecho de que en el pasado la negación de la concepción virginal fuera unida a la negación de la filiación divina de Jesús explica la fuerza con que se afirmó el prim er d ato en la tradición.P ero sería imposible p rob ar teológicamente que el H ijo de D ios no podría ha­ berse encarnado como resultado de una unión m arital normal entre M aría y J o s é 21. Además, la idea de la filiación divina está afirmada en los relatos del Bautismo y de la T ransfiguración de la tradición sinóp­ tica, y en las cristologías de Juan y P ablo con independencia de los relatos de la infancia. 16. R. E. B row n , a. c., 13-16. 17.En realidad este convencimiento no ha dado lugar a la formulación de la concepción virginal, sino quese deriva de laexistencia previa de ese dato. 18. R. E. B row n , a. c., 15. 19. Detrás de esto se encuentran las tesis agustinianas sobre el pecado ori­ ginal: Jesús se habría visto libre de él por haber sido concebido de una Virgen. Los Padres griegos que no abordan el tema desde esa perspectiva, sin embargo conectan la perfección moral de Jesús y su ausencia de pecado con la concep­ ción virginal. 20. Es numeroso el número de teólogos que están postulando, y ya han abordado una nueva formulación de la cuestión. Cf. la obra de A. de V illa l - monte , El pecado original, Salamanca 1978. 21. F. S u á rez , In Tertiam Partera S. Thomae, q. 32, a. 4, disp. 10, sect. 3, n. 2. Por lo demás, en las relaciones entre concepción virginal y encarnación, no es el primer concepto el que es esencial para el segundo — ¿una partenogénesis?— , sino que es el segundo el que hace creíble e ilumina al primero.

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