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398 DOMINGO MONTERO curso de varón? La existencia de textos m aterialm ente afines (Job 14, 1 ; 15, 14; 25, 4; Sir 10 , 18; M t 11, 1 1 ; Le 7, 28) plantea el p ro ­ blem a de su in terpretación . Sin embargo, desde los principios filoló­ gicos ya expuestos, G al 4, 4 m uestra su singularidad ya que en los textos aludidos el térm ino usado es un adjetivo verbal (gennetós en Jo b , M t y Le) o un sustantivo (gennema en Sir) derivados del verbo gennab, po r lo que se puede deducir implícita en ellos la afirmación de la p atern id ad humana. H asta aquí la argum entación en sus líneas más elementales 87. ¿Q ué decir a esto? «Es muy difícil juzgar si el silencio de P ablo sobre esta cuestión es accidental o sign ificativo s8. Q ue P ablo describa a Jesús como «nacido de una mujer» y no «nacido de una virgen» carece de fuerza probativa; y su referencia a Jesús como «de la descendencia de D avid» (Rom 1, 3) y de la «descendencia de A braham » (G al 3, 16) no es más específica en su inform ación acerca del cómo de la concep­ ción de Jesús que lo es la descripción de M t 1, 1 d e Jesús como «hijo de D avid, hijo de A braham », descripción que M ateo hace com ­ patib le con la concepción v irg in a l... P o r o tro lado, se ha detectado un significativo paralelismo en tre el vocabulario de Rom 1, 3-4 y Le 1, 31-35, indicando una posible relación en tre la fórmula confesional paulina y la tradición lucana de la infancia. No o b stan te, aún no se ve el modo de establecer convincentem ente si P ablo conoció o no la concepción virginal» 89. C o n c l u s i ó n Como apun taba al principio, la intención perseguida con estas pá­ ginas no era o tra que la exposición, muy sucinta, de la problem ática generada en to rno a la concepción virginal de Jesús. E x traer conclu­ siones cae fuera del objetivo propuesto, aunque ciertas sugerencias se impongan como horizonte situacional del problem a. Todo parece converger en la alternativa: teologúmeno o dato h istó ­ rico. Las respuestas radicales — y en esta tesitura están los que con­ 87. Para un desarrollo de la argumentación, cf. M. Miguens, a. c., en EB 34 (1974) 369-376; J. Winandy, La conception virgitiale dans le NT, en NRTh. 100 (1978) 715-718; J. M cH u g h , o . c „ 346-350. 88 Argumentar que si Pablo hubiera conocido la concepción virginal debiera haberla mencionado en sus observaciones sobre la virginidad supone establecer una conexión entre concepción virginal y virginidad como estilo de vida inexis­ tente en todo el NT. 89. R. E. Brown, a. c., 26-27.

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