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EN TORNO A UNA POLEMICA: ¿UNA NUEVA. 393 y justificada es que el redactor sabía y quería afirmar que Jesús es el hijo de M aría e hijo de D ios ex clu siv am en te76. Si se p ropugna la ignorancia de la concepción virginal en Marcos, hay que adm itir que éste y su comunidad, por motivos desconocidos, se vieron obligados a rechazar toda relación de Jesús con José (Me 6 , 3 ) o con cualquier padre hum ano (Me 3, 35). La insistencia en Dios como padre de Jesús sería la cobertura de un dato desagradable, expli cación a la que desde ningún p u n to sirve el testim onio de Marcos. No es, pues, el segundo evangelio «un argum ento contra» la concepción virginal. — Ju an «Todo sumado, la balanza se inclina en favor de la ignorancia de Juan respecto de la concepción virginal; y esto significa su ignorancia en una com unidad cristiana a finales del s. i que tenía acceso a una tradición tem prana acerca de Jesús» 77. Afirmaciones de este tipo reflejan la opinión de muchos exegetas respecto del testim onio joaneo. P ero quizá sea necesario desglosar los «sum andos» para verificar la corrección del resultado p resuntam ente obtenido. La ausencia de afirmaciones formales no es la presencia de una negación formal, de ahí la necesidad d e exam inar las expresiones más próxim as al tem a para ob ten er, indirectam ente, un a información po sible. La identificación de Belén como «ciudad de D avid» (7, 42), afín a Le 2, 4. 11 y desconocida en la tradición precristiana, que reserva ese nom bre p ara Sión; la fuerza irónico-dialéctica de 7, 42; la afirma ción de 4, 44 conectada con 4, 1 -3 ..., llevan a la conclusión de que no es posible desechar en Ju an un cierto conocim iento de las tradicio nes de la in fa n c ia 78. E n Ju a n existen dos alusiones a Jesús «hijo de José» (1 , 45; 6 , 42 ). ¿Cómo valorarlas? Es preciso n o ta r que esta identificación no la realiza el evangelista sino la gente; Ju a n aparece preocupado por reseñar la singular relación de Jesús con «el P ad re» , corrigiendo la 76 Como nota complementaria cf. M. Miguens, La virginidad de María. El silencio del Nuevo Testamento, en EB 34 (1974) 260-264, donde presenta el texto 3, 31-35 como explicación colateral a nuestro argumento. 77. R. E. Brown, The Virginal Conceplion and Bodily Resurrection of Je sús, New York 1973, 59. 78. C. R. Barret, Tre Gospel according to St. John, London 1955, 273.
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