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EN TORNO A UNA POLEMICA: ¿UNA NUEVA. 385 no queda respondida desde esta instancia. Baste precisar que m idrash no es sinónimo d e ficción. — La estructu ra In tim am en te conectada con el género literario se encuentra la es tru ctu ra literaria. Los relatos de la infancia no son una yuxtaposición de elem entos carentes de in te n cio n alid ad 46. Y aunque sobrepasa el p ro pósito de nuestro tem a, su indicación sirve para configurar el ho ri zonte. — Teológica Todos los exegetas están de acuerdo en detectar en los relatos de la infancia un pensam iento teológico muy desarrollado. B rown opina que es precisam ente «su alta» cristología uno de los obstáculos para adm itir la historicidad de la concepción virginal, a no ser que se le considere como un teologúmeno cristológico p o s te rio r47. F itzm yer, por su p arte, analizando el movim iento del pensam iento cristológico neo- testam en tario , sitúa a los relatos de la infancia d en tro del esquema ter nario, como a Ju a n y P ablo, fren te al binario de Marcos. E n esta o b ertu ra, «los evangelistas tra ta n de afinar las cuerdas con que orques tarán su representación; desde el inicio de sus evangelios identifican a esta persona, como si todo lo que fuera a decirse de él estuviera ya p aten te desde los comienzos de su existencia te rre s tre » 44. — H isto ricid ad de los relatos E s un presupuesto exegético com únm ente aceptado, aunque no unívocam ente valorado, considerar la experiencia pascual como elemen to form al configurante de los relatos de la infancia, y em itir una valo ración poco entusiasta respecto de la historicidad de los elementos que dan soporte a la narración, po r lo que se aconseja, desde esas posi ciones, una búsqueda más que de la historia, del mensaje de la f e 49. P ero , ¿se tom a así en serio la no ta de Le 1, 1-4? E l in te n to de reducir los evangelios de la infancia a un juego de pirotecnia sim bó lica, que proyecta la luz de la resurrección sobre la oscuridad de la infancia, ¿no supone una alteración de ambos extremos? 46. J. R a d erm a k ers, A u fil de l’emngile selon S. Mattbieu, Heverlee-Louvain 1972 t. II, 27-28; R . L a u re n tin , Structure et tbéologie de Luc I-II, París 1957’ 32. 47. R. E . B row n , a. c., 24. 48. J. A . F itzm y e r , a. c., 563-564. 49. L. B off , Jesucristo, el liberador, Bogotá 1977, 174. 15
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