PS_NyG_1979v026n002p0373_0399

382 DOMINGO MONTERO E l segundo, apoyándose en los textos de la infancia, concluye para la fe cristiana auténtica la obligación de profesar la virginidad antes del nacim iento en comunión con la más pu ra ortodoxia p ro te s ta n te 33. Sin embargo, como tónica general, puede retenerse po r exacta la apreciación de J. M . A lonso: «El tema de la concepción virginal de Jesús es un tema liquidado definitivam ente en sus aspectos históricos, p o r mucho que, desde un p u n to de vista teológico, sea considerado como el últim o b ro te de una cristología ya en franca ev o lu ció n » 34. Y , dadas las conexiones teológicas recientem ente establecidas en tre las teologías católica y p ro testan te, no podía pensarse que aquélla pud iera continuar ignorando po r más tiem po las inquietudes, plantea­ m ientos y conclusiones adquiridos po r ésta. E l acercam iento se ha dado y, aunque haya sido el Catecismo holandés y el círculo de teólogos del In stitu to Católico de N imega con sus polémicas quienes han centrado la atención, no han faltado otros exponientes de la problem atización o ru p tu ra con ese dato de la tradición de la Ig le sia 35. Los argum entos esgrim idos a nivel teológico y exegético no rep re­ sentan especial novedad respecto de los apuntados po r la teología y exégesis p ro testan tes, aunque p resenten matices propios del trasfondo dogmático del que proceden. Y si no puede decirse que en el área católica esta po stu ra — muy radicalizada en a lg u n o s36— haya adquirido la fuerza y extensión que en el campo p ro testan te, no puede dejar de notarse la propensión general del pensam iento teológico a planteam ien­ tos b astan te más críticos. 33. M. T hurian , María, Madre del Señor, figura de la Iglesia, Zaragoza 1966, 43-44. 34. J. M. A lonso , a. c., 66 , donde a continuación realiza un estudio de dieciséis autores protestante modernos. 35. J. M. A lonso , a. e., 257-302. 36. El P. van Kilsdonk, docente en el Instituto catequético confiesa abierta­ mente: «Si yo dijera que dudo de la concepción vriginal de Jesús, de su con­ cepción en el seno de su Madre, sin intervención de un varón, diría demasiado poco. Pienso honradamente que una interpretación biológica de esta antigua narra­ ción sobre la concepción virginal, cierra justamente el paso a una verdadera cris­ tología, a una auténtica fe cristológica. Opino que una tal interpretación bioló­ gica no debe ser justa». Testimonio aducido por J. D re issen en Diagnose des Holländischen Katechismus. Uber Struktur und Methode eines revolutionierenden Buches, Herder 1968, 70, nota 8 .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz