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3 6 2 MAXIMILIANO FARTOS MARTINEZ no descansa en principios empíricos» 13. E ste «único hecho de la razón pu ra» , a saber: el hecho de una vo lun tad pura práctica (esto es, una voluntad determ inada a priori) se le ofrece a la razón especulativa como algo de cuya realidad objetiva nada puede juzgar. Q u ed a aislado sencillamente como un hecho de la razón en su uso práctico. E l hom bre, cuya voluntad está objetivam ente (a priori) determ ina­ da por la ley moral (que a la vez es el m otor de la vo luntad , p o r el sentim iento que hacia ella se origina), pero al mismo tiem po influen­ ciada p o r las «razones» empíricas, tiende a la santidad (al perfecto cum plim iento de la ley moral, al «G ü te» ) y a la vez a la felicidad (a la perfecta satisfacción de sus necesidades, al «W oh l»), «Es para el hom bre un deber el fom entar el supremo bien, y p o r consiguiente no sólo es derecho, sino también necesidad unida con el d eb er, como exigencia, p resuponer la posibilidad de este b ien supremo». Es un d eb er p ara el hom b re trabajar en pro de la santidad propia; puesto que es para él un hecho (el único hecho de la razón pu ra) la determ inación de su voluntad p o r la ley m oral a priori; y, po r consi­ guiente, no sólo es derecho, sino también necesidad unida con ese deber y ese hecho, como exigencia, p resuponer la posibilidad de aquella san­ tidad y determ inación a priori de la voluntad. Las condiciones de posibilidad de la determ inación a priori de la volun tad , de la adquisición de la santidad y de la posesión del bien supremo son la libertad , la inm ortalidad y el Ser suprem o, correspon­ dientes al m undo, el alma y D ios, objetos respectivam ente de las tres partes de la D ialéctica trascendental de la Crítica de la razón pura : Cosmología, Psicología racional y Teología natu ral. La razón práctica concluye la existencia del mundo inteligible, del alma inm ortal y de D ios. Es m oralm ente («prácticam ente», tendentiva- m en te) necesario al hom bre adm itir la lib ertad , la inm ortalidad, D ios. La existencia de estos tres objetos llena los tres postulados de la razón práctica. P o r postulados de la razón práctica «entiendo — nos dice K ant— una proposición teórica en cuanto depende inseparablem ente de una ley práctica incondicionalm ente válida a priori». 13. Id., o . c ., 38-39. 45. Ciertamente así podría librarse Kant de incurrir en la «falacia naturalista» que habría visto criticada por Hume sagazmente, pero al mismo tiempo estaba dando pie a Schopenhauer y Nietzsche para que calificaran a esta parte de su filosofía como «filosofía de las puertas traseras» (cf. El crepúsculo de los ídolos).

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