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360 MAXIMILIANO FARTOS MARTINEZ Y así como en la A nalítica transcendental se deducen las doce cate­ gorías correspondientes a las doce clases de juicios, con isomorfismo lógico ahora en la D ialéctica trascendental, esto es, para el uso pu ro de la razón se deducen las tres Ideas ( = conceptos de la razón) corres­ pondientes a las tres clases de raciocinios. Son las tres Ideas: alma, m undo, D ios; los tres Incondicionados. Su «función es servir de faros que o rien ten y guíen al en tendim iento en orden a con stitu ir un sistema y no sólo una m era colección de conocim ientos» 10. P orque «la ciencia no es sólo conocim iento de objetos, sino sistema, una siste­ matización de los objetos. E ste sistema es ante todo la totalidad de lo dable en una intuición externa: es la idea del mundo. Es también la to talidad de lo dable en la intuición in terio r, es la idea del alma: E s, finalmente y sobre todo, la totalidad de estas dos totalidades en un sistema absolutam ente to tal, en una unidad absoluta, más allá de la cual nada es cognoscible, sino ni tan siquiera pensable: es la idea de D ios» 11. Insistim os en que estas Ideas tienen una función pu ram en te regu­ ladora. P re ten d e r determ inarlas, conocer objetos que les correspondan equivale a p reten d er valor objetivo p ara un uso trascendental de las categorías. Es justo la «ilusión trascendental». Es más, al p retend er determ in ar esos objetos m ediante las categorías surgen los paralogis­ mos, las antinom ias y el ideal de la razón pu ra según se in ten te llevar a cabo esa determ inación en la Psicología, la Cosmología o la Teología n atu ral. M ientras que el au to r de la Crítica de la razón pura es adm irador de N ew ton y se entusiasm a con el rigor del conocim iento m atem ático, el au to r de la Crítica de la razón práctica deja escrito en su obra el epitafio de su tum ba: «el cielo estrellado encima de m í, la ley moral d en tro de m í». La Crítica de la razón pura, es en el sen tir de U nam uno, la obra del K an t «profesional»; la Crítica de la razón práctica, en cam­ b io, la del «hom bre» K ant. A l dejar aquélla para e n tra r en ésta, el nuevo plano se le presenta a la razón especulativa «como algo ex traño que no ha crecido en su campo, sin embargo, suficientemente justificado», pues ella, la razón en su uso especulativo, ni puede afirmar ni puede negar las afirmaciones de su uso práctico. Así ocurre, de entrada, con el hecho fundam ental del ám bito práctico: el hecho de la ley moral. H e aquí el enunciado 10. X . Z u b ir i, o. c., 97. 1 1 . Ibid.

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