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CONCEPCION KANTIANA DEL HOMBRE 3 5 9 pero tampoco su inexistencia. Es el agnosticismo especulativo. «Sucede lo m ismo, dice K ant, al conocim iento que se av en tu ra fuera de los lím ites de la experiencia que lo que sucedería a un a paloma si se ima­ ginase que, puesto que puede volar fácilmente po r el aire, podría volar con la misma facilidad p o r el v a c ío » 6. P ero no podemos term in ar aquí. R esta una pregunta: ¿Es que entonces han estado carentes de todo sentido los siglos que llevamos de metafísica? ¿Acaso es absurda nu estra «disposición natural» a la metafísica? N o; esa disposición n atu ral tiene un sentido. E n la Ana­ lítica trascendental el concepto-lím ite de noúm eno tenía un sentido puram ente negativo. A hora se le reconoce un sentido positivo. O igamos a G arcía M o rente, que, a su vez, cita a Cohén: «Si analizamos b ien lo que significa esa cosa en-sí, encontrarem os que no es más que la designación del problem a infinito de la ciencia. H em os visto efectiva­ m ente que la experiencia como produ cto de la actividad regulada de la conciencia encuentra su lim itación. P ero esta lim itación no significa que aquí se acabe todo. M ediante el concepto de la cosa en-sí «la lim itación se torna en lím ite, el fin en nuevo com ienzo, y en el abis­ mo se abre la fu en te de nuevos problem as eternos» (Cohén). La cosa en-sí es un concepto problem ático, un concepto de lím ite; po r ella sabemos, sí, que nu estra experiencia es siempre condicionada, pero tam bién que ella representa una tarea infinita, en la que el espíritu no puede dejar de p e n s a r» 7. E n este nuevo sentido el concepto de noúm eno tiene un a función reguladora. P ero todo lo referen te al noúm eno implica un uso trascendental de los conceptos. E l uso tras­ cendental de los conceptos no pueden hacerlo ni el en tendim iento ni el juicio, sino la razón. Son las tres facultades que en tran en un racioci­ n io :« E n todo raciocinio pienso p rim ero una regla ( tnaior ) po r medio del en tendim iento. Segundo: subsumo un conocim iento bajo la condi­ ción de una regla (minor), p o r medio del Juicio. P o r últim o , determino mi conocim iento m ediante el predicado de la regla ( conclusio ); por tan to a priori po r medio de la razón. Así, pues, la relación que la mayor, como regla, representa en tre un conocim iento y su condición, constituye las diferentes especies de racio cin io » 8. Son precisam ente tres como los juicios todos en general: raciocinios categóricos, hipo­ téticos y d isy u n tiv o s9. 6 . Cf. Ibid., Intr. III. 7. La estética de Kant, Madrid 1912. 8 . K a n t, o . c ., 469. 9. Ibid.

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