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CONCEPCION KANTIANA DEL HOMBRE 365 Los tres últim os, los tres postulados, tienen el p un to de p artida en la conclusión del prim ero. H e aquí los argum entos: A .— El hecho eudemonológico de la ley moral N unca h an faltado unas normas morales a lo largo de la historia. H a n sido muy diversas en sus contenidos. Todas han convenido, no ob stan te, en ser morales y esto es aquí lo que interesa. ¿Q ué es lo m oral en sí m ismo? ¿Cuál es la form a pu ra de la m oralidad? H ela aquí: «O b ra de tal modo que la máxima de tu volun tad pueda valer, al m ismo tiem po, como principio de una legislación universal». Lo esencial de esta ley moral son su «universalidad» y su «incondiciona- lidad». E sta ley nos es dada como un hecho, el único de la razón pura. ¿Q u é clase de hecho es ése, que no se funda ni en una intuición em pí­ rica, ni en una intuición intelectual, ni en una dem ostración po r de­ ducción especulativa? E s, a nuestro modo de ver, un «hecho eudem ono­ lógico»: T odo ser tiende a perp etuarse en el ser. N osotros somos seres abocados a la acción. Somos seres qu e no podemos dejar de «condu­ cirnos» de alguna m anera. P o r ser racionales tendemos n aturalm ente a perpetuarno s y conducirnos racionalm ente; a que nuestras no r­ mas de conducta sean racionales: que no sean contradictorias y que posean las dos notas exigidas por la racionalidad: universalidad e in- condicionalidad. Sería un absurdo que seres racionales tuviesen, como últim as, norm as particulares, contingentes, condicionadas, esto es, irra­ cionales. Y como a la base está la presuposición íntim a de un orden absoluto fren te al absurdo, se estim a, como un hecho de la razón en su uso práctico, su determ inación a priori por esa ley moral universal e incondicionada. E l que esa determ inación de la vo lun tad po r la ley moral se nos p resen te como im perativo categórico ya sabemos a qué es debido: a que nu estra vo lun tad (ap e tito racional) sea influenciable por las inclinaciones sensibles, cuyas máximas son pu ram en te empíricas (irracionales). B.— Los postulados. Demostración eudemonológica de la libertad, la inmortalidad, Dios Recordemos la definición kantiana: P o r postulado de la razón prác­ tica «en tiendo una proposición teórica, pero no dem ostrable como tal

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