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LA «M A DU R A C ION » DE ZU B IR I Y LA FENOMENOLOGIA 303 que sería de desear) había intentado realizar su concepto de Fenome­ nología. Esta realización era por sí misma importante, incluso paradig­ mática, pero Zubiri tenía en germen ya sus propias convicciones filo­ sóficas y quizá no eran del todo compatibles con las de Husserl. Estas en adelante serán, por lo tanto, una de las actitudes filosóficas frente a las cuales Zubiri definirá su propio pensamiento, sin la arrogancia y despecho de ciertas actitudes de Heidegger en esta época, pero no por ello con menor firmeza. ¿Qué aprendió Zubiri en Freiburg? Nadie, ni siquiera él mismo, podría contestar con exactitud a esta pregunta; nadie puede saber exactamente lo que aprende un filósofo bien formado, de extraordina­ ria perspicacia y rapidez de inteligencia, en contacto directo con uno de los focos más vivos de las discusiones filosóficas de la época. A pesar de ello, sí podemos conjeturar con seguridad algunos puntos muy gene­ rales: a) Zubiri conoció de primera mano y de modo completo lo que significaba la filosofía de Husserl y, a partir de ahora, ese conocimiento directo hará que sea críticamente imposible determinar siempre cuál es en cada momento la fuente concreta de Zubiri cuando se refiere a algún punto del pensamiento de Husserl. b) Conoció también clara­ mente que la filosofía de Husserl pertenecía como tal al pasado filosó­ fico y era susceptible de una serie de críticas que le valían el calificativo, en la época muy peyorativo, de «Idealismo»; aunque Zubiri con plena lucidez e incluso contra la letra de Husserl no va a aceptar nunca esto sin ulteriores precisiones, ello indicaba que Flusserl se había que­ dado lejos de conseguir aquella Voraussetzungslosigkeit (ausencia de pre­ juicios) y que había que marchar en otra dirección que él radicalizará progresivamente. Que Heidegger, lo mismo que en otro sentido Ortega y Gasset, hayan significado una etapa importante en este proceso de radicalización, es la hipótesis que intentaré verificar ahora. A estas alturas, Zubiri veía no sólo que el planteamiento de Husserl era im- proseguible, sino que también aparecía que su propia posición objeti- vista anterior era una situación de tránsito que fundamentalmente tenía el gran valor crítico de liberarlo de la gastada dicotomía Idealismo- Realismo crítico, a uno de cuyos términos podría parecer que le incli­ naba su misma formación filosófica. Si no se quieren simplificar las cosas, habrá que añadir que la misma dirección del Raciovitalismo orte- guiano apuntaba hacia críticas similares4. 4. Sin entrar aquí en una discusión de las tesis un tanto radicales de P. W . S ilv e r, Fenomenología y Razón vital. Génesis de "Meditaciones del Quijote",

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