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LA «M ADU R AC ION » DE ZU B IR I Y LA FENOMENOLOGIA 341 punto concreto Zubiri marca nuevos rumbos: «¿De dónde arranca, en qué consiste, en última instancia, la última razón de la existencia humana como luz de las cosas? No quisiera responder a esta pregunta, sino, simplemente, dejarla planteada; y dejarla planteada para, con ella, haber indicado que el primer problema de la filosofía, el último, mejor dicho, no es la pregunta griega: '¿Qué es el ser?’, sino algo, como Platón decía, que está más allá del ser» (NHD, 240). Lo que se entiende de modo inmediato es que la tercera metáfora no significa de ningún modo un regreso a la primera. Pero la refe­ rencia a Platón me parece dentro de ese contexto poco afortunada; podría llevar a pensar que eso que está «más allá del ser» sería, si no exactamente la idea de Bien, sí neoplatónicamente la de Dios. Otros intérpretes, sin embargo, enlazando este pasaje con otros de estos mis­ mos años, piensan que aquí se encuentra con toda claridad y por vez primera la formulación del problema específicamente zubiriano de la «realidad». Quizá esto no sea falso, pero el problema es más com­ plejo y, en vez de recurrir a las recónditas intenciones de Zubiri al escribir esa frase, habría que examinar más bien qué podría entender un lector de la época. Lo que dice Zubiri podría entenderse, después de lo dicho, dentro del horizonte de lo que Heidegger llamaba «des­ trucción de la historia de la ontología» con sólo cambiar el término «ser» por «ente», diferencia que indudablemente Zubiri conoce e in­ cluso parece utilizar con otro lenguaje en la misma formulación de la tercera metáfora unas líneas antes; en apoyo de eso se podría reivin­ dicar incluso la misma formulación griega que Heidegger, como es sabido, preferiría traducir en su formulación aristotélica: ¿qué es el ente?, siendo el «Ser» precisamente lo que está «más allá» del ente. Pero dentro del contexto español podría pensarse también que eso que Zubiri llama «más allá del ser» fuese algo similar al concepto de «vida» como realidad radical elaborado por Ortega; quizá en este caso fuese preferible hablar de «más acá», pero esto carece de todo relieve y depende de la perspectiva desde la cual se mire. Aceptemos, sin embargo, que eso que está «más allá del ser» sea la realidad-, hay buenas razones para pensarlo así cuando Zubiri es­ cribe, por ejemplo: «Saber no es raciocinar ni especular; saber es ate­ nerse modestamente a la realidad de las cosas (...). Saber no es sólo saber la esencia, sino la cosa misma» (FM, 40; NHD, 48); textos si­ milares podrían multiplicarse a discreción. En el contexto en que nos estamos moviendo, esto podría entenderse en el sentido de un nivel