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338 ANTONIO PINTOR-RAMOS metiéndolo a una verdadera recreación que lo hace inviable y lo supera. De ahí que el término Dasein, sin ser el tradicional de «sujeto», sólo es comprensible en referencia crítica al «sujeto» que pretende des bordar; el propio término Dasein supone en su misma configuración lingüística un doble movimiento, que Heidegger explicitará mucho más tarde: la referencia constitutiva del Ser (Sein) a la esencia del hombre como ente privilegiado óntica y ontològicamente en que aquel se manifiesta de modo eminente; por otra parte, la dignidad del ente humano que consiste precisamente en su constitutiva y ontològica apertura (Da) al Ser80. Esto significa que, si dada nuestra situación y nuestra experiencia filosófica, sólo podemos acceder al Ser en tanto que éste se manifiesta en un ente que es constitutivamente «ser-ahí» ( Da-Sein ), también es claro que tal ente sólo puede ser definido ade cuadamente en tanto que patentización del Ser. Por tanto, resulta que el pensar (Das Denken) exige intrínsecamente un doble camino complementario: del hombre al Ser y del Ser al hombre. Ahora es claro que el primer movimiento — el de Sein und Zeit — es meramen te preparatorio y en rigor pre-ontológico, siendo ese mismo movimiento el que desde dentro exige la Kehre, la vuelta al Ser 81 ; por eso dirá Heidegger años más tarde que el camino de Sein und Zeit, siendo en sí mismo insuficiente, sigue siendo totalmente indispensable 82 porque, como diría Wittgenstein respecto a su Tractatus, es la escalera única con que se puede subir al nivel exigido por la reflexión, aunque luego esta escalera ya no sea necesaria83. En ese nuevo nivel aparecerá la necesidad de una «superación de la metafísica» en tanto que ésta 80. «Um sowohl den Bezug des Seins zum Wesen des Menschen als auch Wesenverhältnis des Menschen zur Offenheit ('Da’) des Seins als solchen zugleich und in einem Wort zu treffen, wurde für den Wesensbereich, in dem der Mensch als Mensch steht, der Name 'Dasein’ gewählt»: Einleitung zu "V/as ist Metaphy sik?" (1949), en Wegmarken, 372. 81. Coincido, por tanto, con la postura de uno de sus más autorizados intér pretes: «Heideggers Denken müsste als ein Weg verstenden werden, aber nicht als der Weg vieler Gedanken, sondern als der Weg der Einschränkung auf den einen und einzigen Gedankken»: O . Pöggeler, Der Denkweg Martin Heideggers, Pfullingen 1963, 8-9. 82. Cf. la «advertencia previa» (Vorbemerkung) para la edición de 1953: Sein und Zeit, V. 83. «Mis proposiciones son esclarecedoras en el sentido de que quien me comprenda acaba por reconocer que no tienen sentido (unsinnig) siempre que, a través de ellas, se haya salido fuera de ellas; por decirlo así, debe tirar la escalera después de haber ascendido»: L. Wittgenstein, Tractatus logico-philoso- phicus, prop. 6.54. Ni qué decir tiene que la «escalera» no se utiliza para lo mismo en Heidegger y Wittgenstein.
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