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LA «M ADU R AC ION » DE ZU B IR I Y LA FENOMENOLOGIA 331 «prelógica» es necesariamente «verdad real» en el sentido preciso que Zubiri dará a estos términos en su obra madura. Si ya hemos visto que la crítica de Zubiri a la segunda metáfora es similiar a la expuesta por Ortega, en adelante se trata en ambos de desarrollos independientes y con matizaciones propias. Critica Zubiri en el Idealismo la tesis de que la esencia del hombre sea saber, puesto que «todo pensamiento es pensamiento de algo, lo cual es exactamente lo que Husserl denomina 'intencionalidad’» (NHD, 239). Pero esto, con ser muy importante, no es suficiente, pues «justamente necesito averiguar por qué todo pensamiento piensa algo de» 59 y eso necesaria­ mente tiene que ser algo anterior a la conciencia. «En este momento de constitutiva excentricidad 60 del ser humano estaría concretamente fundado su carácter existencial. Ex-sistere quiere decir subsistencia fue­ ra de las causas 61. No son las cosas las que existirían fuera del pen­ samiento, sino el pensamiento quien existiría fuera de las cosas (Hei- degger)» ((NHD, 239). Por si hubiese alguien tan mal entendedor que no se hubiese percatado antes, ahí está la referencia explícita a Heidegger en el preciso sentido en que Zubiri recoge el núcleo funda­ mental de la crítica de aquél a Husserl62. En este contexto sería ver- conmoción en el mundo intelectual hispano. P. W . Sii.ver, Fenomenología y razón vital (p. 108), en cambio, piensa que la filosofía que exige la tercera metáfora de Ortega se parece mucho a la Fenomenología de Logische Unlersunchungen o a la de otros fenomenólogos disidentes. Es un tema muy complejo en que no voy a detenerme, pero estos simples datos sirven al menos para hacer ver la ambiva­ lencia de unos textos que no imponen forzosamente una interpretación tan unilineal como da a entender J. Marías; por lo demás, creo más bien con Heidegger que «sigue siendo privilegio de los pensadores más grandes el dejarse in-íluenciar»: M. Heidegger, Was heisst Denken, 2* ed., Tübingen 1961, 39. 59. NHD, 239. Refiriéndose a Bretano, en un texto que Zubiri conocía bien Husserl parece decir lo mismo: «N o es suficiente con decir que toda conciencia es 'conciencia de’ y, a continuación, distinguir unos modos de conciencia espe­ cíficamente distintos»: Nachwort, § 6: Ideen III, «Hus», V, 157. Pero en el contexto es muy claro que la crítica de Zubiri apunta directamente a Husserl. 60. Es curioso este término. Ortega lo había utilizado también para definir el alma en Vitalidad, alma, espíritu (1924): OC, II, 468. Quien hizo de él un amplio uso sistemático fue H. Plessner, Die Stujen des Organiscben und der Mensch. Einleitung in die philosopbische Anthropologie, 3* ed., Berlin 1975, 288 ss.) la primera ed. es de 1928). No tengo ningún motivo para pensar que se trate de algo más que de mera coincidencia. 61. Nótese cómo Zubiri está utilizando la etimología del «existencia», sobre la cual tanto había de insistir Heidegger en Brief iiber den "Humanismus” : M. Heidegger, Wegmarken, 324-333, sobre todo. Esto puede dar idea del grado de comprensión que Zubiri manifiesta del filósofo alemán en una época que lo habitual eran las incomprensiones. 62. Que una crítica similar pueda deducirse de la obra de Ortega, es lo

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