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LA «M ADU R AC ION » DE ZU B IRI Y LA FENOMENOLOGIA 3 2 5 insuficiencias del anterior modo vigente de pensar y, si se entiende bien esto, también se comprende de modo inmediato que es hoy tan imposible reencarnar a Aristóteles como lo es proseguir a Hegel. Vol vemos a la perspectiva de los escritos juveniles y Zubiri incluso es diáfano en este punto: «Frente al ideísmo sin realidad, un reísmo sin idea» (FM, 58; NHD, 59). Si esto es verdad, no cabe duda de que los párrafos antes trans critos tendrán que ser entendidos como intentos por parte de Zubiri para hacer comprender distintos aspectos históricos de la idea de filo sofía y se aclaran en buena parte con un simple trabajo de restitu ción de citas implícitas. Así, los párrafos que hablan de la importancia de los sentidos aclaran las posiciones del Empirismo y del Positivismo, pero también la aisthésis aristotélica o la Sinnlichkeit kantiana42; cuan do se habla de que los sentidos sólo ofrecen el «aparecer» de las cosas, se está explicando la crítica de Kant al planteamiento de Hume y, si continuamos por este camino, quizá se clarifiquen muchos puntos oscuros. Pero es muy cierto — cosa no menos importante— que Zu biri no es nunca un historiador puro y que siempre le mueve un interés estrictamente teórico que desborda los meros datos verificables, hasta el punto de que, a través de una reflexión y reactualización de las filosofías del pasado, Zubiri va descubriendo y articulando su propia reflexión filosófica. Planteado así el problema, lo que fundamentalmente expone aquí Zubiri es una crítica al Idealismo que radicaliza muy significativamente los datos que ha aportado el período anterior. Dicho de un modo muy sumario: el problema de la verdad no es primera ni radicalmente un problema al nivel del logos, un problema lógico (tampoco onto -lógico, por tanto), sino que, sin que lo anterior carezca de relieve y de impor tancia, hay un nivel previo y fundante que es el lugar del encuentro inmediato del hombre con la realidad; que tal nivel fuese previo, era algo que reconocían Aristóteles, Kant, Husserl y es posible que en un sentido el propio Hegel. Que, además de previo, fuese el fundante es algo que probablemente se perdió desde que Aristóteles, potenciando una tendencia logicista que quizá arranque de Anaxágoras, escribió en un texto clave y decisivo: «Lo falso y lo verdadero no están en las cosas, como si lo bueno fuese verdadero y la malo falso, sino en el enten dimiento ( diánoia )»43. A partir de entonces, los datos sensibles apor 42. Como ya notó con gran perspicacia D. Gracia Guillen, a. c., 211. 43. Met E 4, 1027 b 25-27. Texto extraño además porque dentro del mismo
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