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3 20 ANTONIO PINTOR-RAMOS cíente toda idea de la filosofía que se mueva con fines extrafilosóficos: «La filosofía europea desde San Agustín hasta Hegel es, en última instancia, una filosofía que no ha nacido ni vivido desde sí mismo» (SPF II, 116-117). Por eso Zubiri, quien comienza este estudio exami nando la idea neokantiana y diltheyana de filosofía33, dice inmediata mente que «adolece del defecto radical de no ser filosófica» (SPF I, 51) y, después de un largo excursus sobre el concepto griego y cris tiano de filosofía termina con una pregunta que es en realidad una propuesta clara de un programa: «¿Es que no es posible la existencia de una filosofía que no sea más que pura filosofía?» (SPF II, 117). Después de todo, no era la misma la situación del hombre griego y es más que significativo que «el primitivo griego no haya conocido más vocablo para designar el saber que el de filosofía» (SPF I, 55). Nuestra situación intelectual, definida por Zubiri en 1942 como una situación de «descontento» y de «desorientación», exige en su «con versación» con Hegel una actualización de la vieja disputa entre los dos modos de entender la filosofía: un camino derivado a través de la supremacía del logos o un arranque en las mismas exigencias ema nadas de las cosas. Por esto y de un modo radical, ocuparse con los griegos no es un pasatismo erudito o un arcaísmo, sino un modo de ocuparnos de nosotros mismos ya que «en cierto sentido, los griegos somos nosotros» (NHD, 312). La razón última de esto reside, a mi entender, en el planteamiento zubiriano que, frente al «teologismo» del mundo moderno, permite afirmar que «con todas sus limitaciones, la filosofía griega nació, por lo menos, de sí misma, frente a las cosas, en inmediato contacto con ellas» (SPF II, 117). Esto explica la pro liferación de estudios zubirianos sobre el pensamiento griego y las cons tantes referencias a este modo de pensar en toda su obra. Pero esta «actualización» no es un mero «renacimiento»; ello no sólo ni prin 33. En el primitivo plan de estudios sobre el concepto de filosofía, cuya traducción dió origen a FM, se proyectó incluir, además de los tres estudios men cionados de fenomenólogos, el escrito de Dilthey Das Wesen cler Philosopbie ; los problemas editoriales surgidos con este escrito fueron, según recuerda Zubiri, la causa próxima que desencadenó la cancelación del proyecto. Esto es perfecta mente comprensible porque Dilthey era un filósofo que acababa de ser descu bierto en España con un verdadero toque a rebato por parte de Ortega en 1933; cf. O r t e g a y Gasset, J., OC, V I, 165-214 (OC significa siempre Obras com pletas, Madrid; los vols. I, II, V y V I los cito por la 7.“ ed. [1966-1973]; III y IV por la 6 .a ed. [1966]; V II y IX por la 3.a ed. [1969-71] y el V III por la 2.a ed. [1965]). El tema de la idea diltheyana de filosofía, aludido marginal mente por Zubiri en esta época (SPF I, 53-55), será afrontado ampliamente mucho más tarde, en CLF, 255-268.
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