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LA «M ADU R AC ION » DE ZU B IRI Y LA FENOMENOLOGIA taliza en Descartes que busca en el sujeto humano la seguridad per­ dida para el hombre escindido del universo, primero, y de Dios, des­ pués; ello da lugar a la nueva escisión yo/naturaleza (res cogitans/res extensa ) y Hegel realizará la asombrosa hazaña que cierra el proceso: sujeto y objeto, yo y naturaleza son sólo concretizaciones del Absolu­ to: «A este Absoluto llama Hegel, con impropiedad, espíritu» 31. Por esta razón básica, Hegel es el filósofo en quien la idea de filosofía alcanza su «plena madurez» y, como «la grandiosidad del pensamiento de Hegel estriba en buena parte en no haberse limitado a lanzar pro­ gramas de filosofía sino después de haberlos realizado ya en sí mismo» (NHD, 232), no es exagerado decir que Hegel es «la madurez inte­ lectual de Europa». Ahora se entiende también por qué Zubiri pudo escribir con toda razón: «No hay más que una filosofía post-helénica que va desde San Agustín hasta Hegel» (SPF II, 116), lo cual deter­ mina exactamente el horizonte de nuestra interrogación filosófica, pues «toda auténtica filosofía comienza hoy por ser una conversación con I-Iegel» (NHD, 225; cf. 145). ¿Quiere esto decir que toda filosofía tiene que ser una mera glosa de Hegel? Quizá quiera decir precisamente todo lo contrario. El hori­ zonte de Hegel es conclusivo y está concluso; como él mismo sabía, es el final de toda una época intelectual, final que es también su ple­ nitud 32. Toda la filosofía contemporánea tiene en su base una discu­ sión con esta postura de Hegel. Zubiri deja ver con claridad la insuficiencia del planteamiento que la filosofía adopta en la época cristiana. Si la idea de filosofía no es algo dado, sino conquista de la propia, reflexión filosófica, será insufi- 31. NHD, 232. Zubiri explica inmediatamente el porqué de tal «impropie­ dad»; además, si se quiere, la impropiedad es doble por la miseria de nuestro lenguaje: un alemán culto entiende de modo inmediato con el término Geist algo distinto que un latino con el término espíritu, hasta el punto de que el título de una obra tan decisiva como Fenomenología del espíritu resulta incomprensible en una lengua latina sin una cuidadosa explicación de los términos. 32. Donde quizá se vea esto más claro es en la concepción que Hegel pre­ senta de la historia de la filosofía; todos los sistemas abocan al sistema final (el de Hegel) que es el resultado ( Resultat ) de la milenaria historia del pensa­ miento occidental. Sólo Hegel pudo escribir estos párrafos tan extraordinarios como increíbles: «Hasta aquí ha llegado ahora el espíritu universal (Weltgeist). La última filosofía [esto es, la de Hegel] es el resultado de todas las anteriores; nada se ha perdido, todo se ha conservado. Esta Idea es el resultado de los es­ fuerzos del espíritu a lo largo de casi 2500 años(...), su penoso trabajo por tor­ narse objetivo, para conocerse: «Tantae molis erat se ipsam cognoscere meutern»-. Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie, en G . W . F. Hegel, Werke in zwanzig Bänden, Frankfurt 1970-71, X X , 445.

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