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LA «M ADU R AC ION » DE ZU B IRI Y LA FENOMENOLOGIA 3 1 3 de idéntica temática a través de un proceso de sucesivo enriqueci­ miento que lleva a la asunción (Aufhebung) de cada momento en el siguiente. La diferencia básica está en que Hegel entiende la historia entera de la filosofía como una unidad global y Zubiri lo aplica a cada filosofía concreta l9. Para nuestro tema, esto significa que Husserl, Sche- ler y Heidegger son explicitaciones concretas de lo latente en el con­ cepto de filosofía que pone en marcha la Fenomenología. Todo ello, sin embargo, sólo sirve para plantear en su debido lugar el problema de la Fenomenología aplicándole los rasgos genéricos de toda auténtica filosofía. Faltan naturalmente los rasgos específicos que definan esa idea concreta frente a otras. Antes de ello, sin embargo, Zubiri cree necesarias unas aclaraciones históricas. La Fenomenología no ha partido de ninguna idea previa de filoso­ fía; «ha sido más bien la irrupción violenta que se ha abierto paso en medio de la angostura de la ciencia del siglo xix, y especialmente de la psicología experimental» (FM, 17). La importancia histórica de la Fenomenología reside en la apasionada reivindicación de un espacio mental para el filosofar, espacio que no le fue dado como herencia recibida, sino que, siguiendo ciertamente huellas de Brentano, tuvo que conquistar a través de una amplia y desgastadora polémica con el Psicologismo. Ahora comprendemos mejor que la larga polémica de Husserl con el Psicologismo, aparentemente fastidiosa e incluso para nuestros intereses actuales de dimensiones desproporcionadas, no fue resultado de ninguna veleidad ni tampoco de un inútil preciosismo intelectual; al contrario, fue producto de una profunda necesidad que consumió cuantiosas energías gastadas liberalmente por Husserl ya que en ello se jugaba el ser o no ser de la tarea intelectual que dio sen­ tido a su vida. En este sentido, podría decirse incluso que no sólo «Husserl fue quien rompió la marcha» (FM, 17), sino que fue la prin­ cipal víctima de la situación. En realidad, Scheler — quince años más joven— había consumido algunas energías juveniles en una empresa similar, pero tuvo la suerte de poder iniciar su madurez filosófica dis­ poniendo de un ámbito para la filosofía que en Husserl fue ya punto de llegada de un trabajoso esfuerzo previo; Heidegger, por supuesto, 19. Los conceptos de Entwicklung (desarrollo) y Aufhebung (asunción) son claves en la concepción hegeliana de la historia de la filosofía; un examen sufi­ ciente exigiría un detenido estudio de la Einleitung in die Gescbichte der Pbilo- sophie, ed. crítica de J. Hoffmeister, 3.“ ed., Hamburg 1959. Precisamente esta noción de «desarrollo» es la que estoy intentando aplicar a la propia filosofía de Zubiri.

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