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256 XA B IER PIK A ZA propiamente dicho pertenece sólo a Dios: «Aparecerá el Altísimo sobre el trono del juicio y vendrá el fin» (4 Es 7, 3 3 ) " . En este sentido el juicio de HH de Mt 25, 31c-33 represente una novedad dentro del campo de la apocalíptica. Sin embargo, si exami namos mejor el problema descubrimos que la novedad no es tan grande. En primer lugar, la actividad guerrera del HH de 4 Es 13 y su función de signo del reino en Dn 7 están muy cerca del juicio. Recordemos que la lucha contra los enemigos de Israel, que realiza el HH en 4 Es 13, es uno de los momentos tradicionales de la escenografía del juicio y que la victoria de Israel es su resultado. Para iluminar nuestro tema quizá podríamos acudir a la función judicial latente en una de las hi- postasizaciones tradicionales de Dios; nos referimos a la «palabra» a que se alude en Sab 18, 15-16: «Tu palabra poderosa se abalanzó al país condenado...; llevaba la espada afilada de tu orden terminante; se detuvo y lo llenó todo de muerte...» Esa palabra ( logos) ejerce, sin duda alguna, funciones judiciales de condena y salvación para los hombres dentro de la totalidad del contexto de la pascua l2. Pero no es necesario que acudamos a esos paralelos. Nos basta con recordar que el HH de 1 En asume muchos rasgos de «mesías» (elegido, ungido, lleno del Espíritu) aunque los interpreta de manera transcen dente. Nos parece lógico que entre esos rasgos aparezca también el del juicio. El cambio está en que el juicio no se ejerce ya dentro sino al final de la historia. Entre las funciones de Dios que asume su repre sentante HH quizá la más valiosa es la del juicio. La función de juez es la nota distintiva más saliente del HH-Ele- gido de 1 En 37-71; dentro del tema central del gran juicio, el HH como juez ocupa un lugar muy importante. A través de él realiza Dios su obra; nadie podrá oponerse a su juicio (1 En 41, 9; 54, 5). Por que realiza el juicio de Dios el HH es justo y conoce los secretos de los hombres y las cosas; él destruirá a los pecadores, en torno a él se reunirán los justos (cf. 1 En 39, 9; 61, 9; 62, 4 ss., etc.)13 En toda la literatura apocalíptica judía sólo en este caso una figura distinta de Dios asume la función total del juicio. El ser y la actuación de Dios se encuentran de tal manera ligadas a su obra judicial que es prácticamente imposible atribuirlas a una figura distinta. Por eso, es 11 . Cf. E. L ohse , Cbristus ais Weltenrichter, en Jesús Christus in Historie ttnd Tbeologie, Tübingen 1975, 475 ss. 12. Sobre el juicio del logos en Sab 18, 15-16, cf. B. L ee M ack , Logos ttnd Sophia, 84-85. 13. J. Theisohn, Der auserwahlte Richter, 53 y 223-224.
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