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E L JUICIO DEL HOMBRE 295 la desolación de Babilonia o las «naciones enemigas» será tal que en medio de la ruinas brincarán varias especies de animales salvajes (dra­ gones, cuervos) y demonios: Lilit — Espíritu femenino— y los «sa'ir» o sátiros velludos l13. Es muy probable que el Sátiro «sa'ir» al que se prohíbe sacrificar en Lev 17, 7 tenga algún tipo de asociación con el «demonio Azazel» a quien, según Lev 16, 7-10. 20-23 se debe enviar un macho cabrío 1M. Azazel es, con toda probabilidad, un tipo de «demonio del desierto» a quien, según una tradición antiquísima que Lev 16 ha reinterpretado en contexto yahvista, se aplaca con el rito apotropaico del envío de un macho cabrío. No sabemos si el demonio tenía formas de macho cabrío, pero su figura estaba asociada a ese tipo de animal, que venía a ser como su animal preferido 11S. Y lo que ahora nos interesa más, desde el punto de vista de Mt 25, 32. 41: el chivo de Lev 16, cargado con los pecados del pueblo, simbolizando por tanto el aspecto maléfico de Israel, es enviado al desierto de Azazel, esto es, es arrojado a la condena de un espíritu maléfico o demonio; de manera semejante las cabras de Mt 25, 32, significando el mundo pecador, son también arro­ jadas o enviadas al fuego de Satán y de sus ángeles. A mi juicio el paralelismo de fondo de los textos es evidente, aunque las palabras que se emplean son distintas; el macho cabrío de Lev 16, 7 ss., es « khimaros» y el de Mt 25, 32 «eriphos»-, pienso que la significación de fondo, la asociación de la cabra-macho cabrío con lo demoníaco viene unida a su figura animal y no a la plabra que se emplea para describirlo. Con esto podemos pasar a la representación de la magia y bru­ jería de los tiempos posteriores. Una lectura superficial de los relatos puede hacernos suponer que la presencia del macho cabrío en el ake- larre o el Sabbat 116 depende ya de los representaciones cristianas de 113. Cf. L. L. M o rris, Devil, en The New Bible Dictionary, London 1967, 310; W . E ich rod t, Der Herr der Geschicbte. Jesaja 13-23/28-39, Stuttgart 1967, 13, 17, 222. 114. Cf. J. H é rin g , Demonios, en Vocabulario bíblico, Madrid 1973, 73-74. 115. Nos basamos fundamentalmente en M . N oth, Das dritte Bucb Mose. Leviticus, Gottingen 1962, 107-108; A. Ibáñez, El Levítico. Introducción y co> rnenlario, Vitoria 1974, 138-139; cf. también K. E llig e r , Leviticus, Tübingen 1966, 208 ss.; A. M e d ie b ie lle , L’Expiation dans iAnden et le Nouveau Testa- rnent, Roma 1924, 88-1101; H. L e s e tr e , Bouc Emissaire, en Dic. Bib. I. Tam­ bién puede tenerse en cuenta el sentido negativo que recibe en la apocalíptica el macho cabrío como símbolo de Grecia en Dan 8 , 5. 21-22. 116. C f. G. P arrin der, La Brujería, Buenos Aires 1965, 54-55; J. C aro

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