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282 XA B IER PIK A ZA a Israel; en Is 66 , 18 se trata, al parecer, del juicio «de toda la tierra» o «todos los mortales» (cf. 66 , 15) como inauguración de un mundo nuevo centrado en Sión. Lo que nos importa es que, en ambos casos (juicio exclusivista y juicio universalista) se emplea la misma fórmula: Dios reunirá a todas las gentes. Se trata de una fórmula que ha sido conocida y citada en la iglesia primitiva (2 C1 17, 4) y que, a nuestro juicio, ha determinado la expresión de Mt 25, 32 7S. La misma diversidad de contextos donde aparece nuestro texto nos impide fijar su contenido. ¿Mt 25, 32 alude a los pueblos no israe­ litas o no cristianos? ¿Incluye también a los israelitas o cristianos? Desde el AT es imposible responder a esa pregunta. Ciertamente yanta ta ethne alude, en una mayoría de casos, a los pueblos no israelitas79. Sin embargo hay casos en que el término incluye a la totalidad de los hombres: Hab 2 , 5; Is 56, 7; Jer 28, 11 . 14 80. Además, el sentido de universalidad de los «pueblos» es también evidente en los relatos del origen (Gen 10, 32) y en los salmos de alabanza (LXX 66 , 3: en pasin tois ethnesin-, LXX 116, 1: aineite ton kyrion panta ta ethne-, 148, 11: laoi ; cf. LXX 85, 9 )81. Por eso, repetimos que el sentido de Mt 25, 32 no puede resolverse de manera unívoca a partir del AT. 3) Comparación con la apocalíptica judía. Para descubrir el sen­ tido y alcance de la reunión de los pueblos nos parece conveniente estudiar con toda brevedad el material comparativo de la apocalíptica. En ella deben distinguirse las dos líneas: la cerrada (condena de los pueblos); la abierta (ofrecimiento de salvación para esos pueblos)82. La línea cerrada se destaca por el particularismo: importa sobre todo la salvación de Israel y los restantes pueblos son mirados con prevención o con deseos de venganza. Ciertamente, esta línea existía ya en la historia previa de Israel, pero ahora se ha endurecido: en el 78. Desde esta perspectiva supone J. Friedrich que Mt 25, 32a proviene di­ rectamente del AT y tiene por lo tanto un origen diferente de Mt 25, 31, inspi­ rado en 1 En. Cf. Cott im Bruder, 256-257. Cf. también S. L ég a sse, o. c ., 88 . 79. Para una visión general del problema cf. D. R. A . H a ré y D. J. Ha- rrin g to n , Make disciples of all the gentiles (Mt 28, 19), en CBQ 37 (1975) 359-369, esp. 359-361. Acentúan el carácter restringido de panta ta ethne en el AT, J. L ange, Das Erscheinen des Auf., 268-269 y J. F ried rich , o . c ., 250. 80. C f. J. Lange, o. c ., 269, que pone equivocadamente Is 14,2 en lugar de 14, 12; repite la equivocación J. F ried rich , o . c ., 250. 81. Cf. D. Z e l l e r , o. c ., 228, nota 32 y P. C h ristian , Jesús und seine ge- ringsten Briidcr, Leipzig 1975, 24-25 y notas 147-148. 82. Sobre esas dos líneas D. S. R u s s e ll, The Method and Mcssage of Jewish Apocclyptic, London 1971, 297-303 y A. K r e iz e r , Die Herrschaft der Himmel und die Sohne des Reiches, Stuttgart 1971, 214-215.

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