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EL JUICIO DEL HOMBRE 281 un acto de venganza: Dios destruye a los que antes destruyeron a Is­ rael74. Aplicada esta medida a Mt 25, 32 «los pueblos» serían los no cristianos; la medida del juicio su conducta respecto a los cristianos (al HH representado en esos cristianos). Lenguaje y contexto ideológico del Tritoisaías parecen hallarse más cerca de Mt 25, 32. Punto de partida es la afirmación de 66 , 15-16 donde se habla de la venida de Yahvé ( bös pyr hexet... 66 , 15) para la realización del juicio universal; parece ser que en ese juicio no hay distinción entre israelitas y no israelitas; (el TM dice que juzgará toda carne, qol basar-, los LXX amplifican: juzgará a toda carne, pasa sarx, y a toda la tierra, pasa he ge) 75. El sentido de ese juicio ha sido preci­ sado por un redactor posterior en Is 66 , 18-24 76. «Yo vendré para reunir a las naciones de toda lengua» ( erkhomai synagagein pauta ta ethñé kai tas glossas» ( 66 , 18). La «reunión» que se limitaba antes a los israelitas dispersos abarca ahora a todos los pueblos y lenguas; sin duda alguna, la salvación y juicio de Dios es universal (cí. la ex­ presión «pueblos y lenguas» en Dan 3, 4. 7. 49). Todos vienen a ver la gloria de Dios (Is 66 , 18). De todas formas, el universalismo de la reunión y juicio de las naciones de Is 66 , 18 no puede tomarse en sentido absoluto, como fin de la historia y comienzo de una vida totalmente distinta. Se trata, más bien, del fin de una era. La historia sigue de nuevo. Por eso los «supervivientes» del juicio (los sesösmenous de 66 , 19) volverán a ser enviados de nuevo, para anunciar la gloria de Dios y establecer un orden sacral nuevo, definitivo y absoluto (Is 66 , 19-24)77. El hecho de que en Joel 4, 2 e Is 66 , 18 se encuentre el synagein panta ta ethne en contexto de juicio de los pueblos nos permite su­ poner que el tema de la «reunión» de Mt 25, 32 no proviene de un lenguaje pastoril neutral, ni de la peregrinación de los pueblos hacia Sion (Jeremías) ni de la vuelta de los exiliados. Israel ha conocido el tema de un juicio universal y lo ha expresado con esas palabras. Ciertamente, las diferencias entre uno y otro caso son grandes; en Joel 4, 2 se trata de un juicio de los no israelitas por su conducta respecto 74. Cf. T. H. R obinson (und F. Horst), Die zwölf kleinen Propheten, Tü­ bingen 1964, 67-68. 75. Para el TM y lo añadido por Io LXX , cf. C. W esterm ann , Jesaja 40-66, 332-334. 76. Cf. C. W esterm ann , o. c ., 335, 339-340; W . K e s s lle z , o. c., 103-105. 77. C. W esterm ann , o. c., 377-338; D. Z e li.e r , o. c., 231-232; P. E. D ion, 130-132.

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