PS_NyG_1979v026n002p0249_0297
2 6 6 XAB IER PIK A ZA En 1 En 37-71 es diferente. Al lado de unos textos en que se habla de la entronización del Cabeza de Días (47, 3; 60, 2; cf. 14, 20) hay otros en los que se dice de diversas formas que es el HH el que se sienta sobre el trono: a) «se sienta» o «se sentará» (45, 3; 51, 3; 55, 4; 62, 3. 5). b) «se ha sentado», «se sentó» (69, 27. 29). c) Dios «le ha sentado» (61, 8; 62, 2 ) 3i. Evidentemente las formas tempo rales de estas afirmaciones no corresponden a un esquema histórico lineal sino que han de ser interpretadas dentro del contexto de la vi sión apocalíptica. Teniendo eso en cuenta trataremos del sentido del «trono de gloria» en que se sienta el HH , de la identidad de ese trono con el Yahvé y de la acción de Dios que entroniza al HH. Comenzamos con el «trono de gloria». Así se le llama en Mt 25, 31c. Por comparación con otros textos del AT, judaismo tardío y pa rábolas de Enoc parece que se trata de una expresión estereotipada. En el AT aparece varias veces: 1 Sam 2, 8; Is 22, 23; Jer 14, 21; 17, 12. Gloria de Dios y trono aparecen según esto internamente uni dos, como elementos de una misma epifanía. Esta referencia se acentúa en diversos relatos del judaismo tardío (Sab 9, 10; Ecltco 47, 11; Dn 3, 54; Test Levi 5, 1. Para el rabinismo puede afirmarse que la expresión llega a ser un modo normal de hablar del trono de Yahvé)M. Sin embargo, podemos afirmar que nuestro texto (Mt 25, 31c) no deriva directamente de ninguno de esos ejemplos. En nuestro caso no se habla sólo del «trono de la gloria» sino de «sentarse sobre el» (su) «trono de gloria»; y esa expresión sólo aparece en 1 En 37-71. El que se sienta sobre el trono de la gloria puede ser Dios (1 En 47, 3; 60, 2) pero con más frecuencia es el mismo HH : 1 En 45, 3; 51, 3; 55, 4; 61, 8; 62,2. 3. 5; 69, 27. 29. La convergencia de mo tivos hace prácticamente seguro que Mt 25, 31 (y 19, 28) reciban la fórmula de las parábolas de Enoc. Esto nos permite fijar la traduc ción el «autou» que acompaña al «trono de gloria» no rompe la unidad de las dos palabras y se debe referir directamente a trono: el HH se sienta sobre «su trono de gloria». ¿No habrá que suponer con E. Sjo- Das Ringen des Gemeinde um Israel. Exegetischer Versuch über Mt 19, 28, en Jesus und der Menschensohn, Freiburg 1975, 148-165. 33. Citas y division en J. F riedrich , Gott im Bruder, 128-129. Textos y referencias en Strack-Billerbeck, I, 978-979; A. J. B. H ig g in s , Jesus and the Son of Man, London 1964, 107-108. 34. E. S jö b erg , Der Menschensohn im äthiopischen Henochbuch, Lund 1946, 63.
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