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248 ALEJANDRO DE V ILLALM ON TE 13) El Magisterio de la Iglesia es la «instancia última» no sólo a nivel jurídico-impositivo, como es obvio. Lo es, sobre todo, desde una consideración más interior y religiosa de la verdad e incluso desde un punto de vista científico-teológico. Por eso, aunque nuestro trata­ miento del texto tridentino podía parecer «duro» en algún momento, siempre nos hemos atenido estrictamente a esta regla hermenéutica: el supremo intérprete de un texto del Magisterio es el Magisterio mismo. Así contemplamos y «resolvemos» nosotros la cuestión — tan rigu­ rosamente planteada hoy día— sobre lo que realmente "enseña” el concilio de Trento acerca del pecado original. Alejandro d e V i l l a l m o n t e Salamanca, octubre de 1979

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