PS_NyG_1979v026n002p0167_0248
214 ALEJANDRO DE VILLALMONTE Respecto a lo que el tridentino podía pensar sobre la continencia del p. or., en las Fuentes ya hemos hablado antes. El concilio estaba del todo convencido de tal continencia, pero no definió labiblicidad de esta doctri na. Por tanto, la exégeta y el teólogo actuales, en posesión de un conoci miento mejor —más científico y crítico— de Rm 5, 12-21, quedan el plena franquía para negar que la enseñanza eclesiástica sobre el p. or., sea doc trina bíblica. Nada extraño que varios investigadores de hoy afirmen que se trata de una teoría ajena totalmente al pensamiento de san Pablo y de todo el NT. B. Lo que Trento "dice” y lo que Trento " enseña” sobre el pecado original. —Esta distinción tiene su aplicación, de una manera especial, cuando se trata de textos de carácter didáctico, como sin duda lo es el decreto «de peccato originali». La importancia y utilización de esta dis tinción en la exégesis bíblica es harto conocida. La aplicación de la mis ma a la hermenéutica de textos conciliares también se va haciendo co rriente y precisamente cuando de la interpretación de textos tridentinos se trata. La razón es similar a la que aducíamos al hablar de la aplicación general de los principios hermenéuticos bíblicos a la «hermeneia» de textos del Magisterio solemne: la «asistencia privilegiada» del Espíritu al Magisterio solemne, no implica que lo desarraigue de la «circunstancia vital» concreta en que el texto se produce. Como tampoco la «inspi ración» que el hagiógrafo recibe le confiere exención de las limitaciones históricas de toda índole a que está sujeto por ser hombre inmerso en el tiempo y en el espacio. En ambos casos, sólo queda garantizada la inmunidad de error en la sustancia del Mensaje de salvación que quieren comunicar, cada uno a su modo. Por «vía de ejemplo» tal vez logremos entendernos mejor que por procedimiento «teórico». Precisamente disponemos de un ejemplo óp timo en el tema del p. or. El clásico texto de Gn 2-3 «dice» muchas cosas sobre el estatuto histórico salvífico del hombre primigenio: su fabricación del barro de la tierra, proceso encantadoramente descrito de la fabricación de la mujer, situación de ambos en el edén de de licias, el proceso de la tentación por la serpiente, los azares de la desobediencia, del juicio, del castigo. Sin embargo, la relectura crítica del texto no ha podido menos de preguntarse por lo que de verdad «enseña» Gn 2-3 en medio de todo lo que «dice» (narra-informa). Tarea ardua ésta de distinguir con rigor entre lo «dicho» y lo «ense ñado». Y así, por citar un ejemplo, Gn 2.-3 «enseña» que el mal no viene
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz