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QUE «ENSEÑA» TRENTO SOBRE EL. 201 En este caso, y para todo el problema del p. or., ha cambiado el horizonte y perspectiva mental en que lo debe tratar el teólogo actual y por consiguiente, su modo de releer el texto tridentino al respecto. Se hace una vez más inevitable la pregunta formulada anteriormente: ¿puede el Tridentino imponer la grave obligación de que se confiese como perteneciente a la fe la doctrina del p. or., tal como él la propo­ ne? Si el Tridentino se dicidió a tomar decisión tan grave fue porque: a) negativamente, estaba seguro de que tal confesión en nada perjudi­ caba a la ortodoxa confesión de verdades cristianas más fundamentales; b) positivamente, tal creeencia estaba conforme con la Escritura y Tra­ dición; c) que la profesión común de la misma por toda la Iglesia era saludable para el conjunto de la fe, es decir, de la creencia cris­ tiana como totalidad. Estos presupuestos en que Tr. se mueve podían ser verdaderos dentro del horizonte cognoscitivo en que el concilio se movía, atendida la correlación de las verdades de la fe por él percibida entonces, atento a solucionar el problema desde los planteamientos en que se lo presentaban pelagianos y luteranos. Sin embargo, es legítimo y hasta necesario dudar de la validez de semejantes presupuestos tri- dentinos y, nominalmente, de los presupuestos de tipo exegético que nos ocupan en este parágrafo. Como las respuestas son correlativas a la «circunstancial vital» toda entera en que fueron formuladas las preguntas, cambiada ahora aquella circunstancia la respuesta al proble­ ma del p. or. ha de ser, por necesidad, distinta de la ofrecida por el Tridentino en su «circunstancia vital» específica. C. Es discutible el contexto o "analogía de la fe" en que el Tri­ dentino propone su enseñanza sobre el p. or. —La legitimidad y nece­ sidad de utilizar este criterio en la interpretación de un texto bíblico, del Magisterio, o de cualquier teólogo en general, parece fuera de duda. Nos corresponde únicamente indicar el «contexto teológico» ge­ neral en que se mueve Tr., señalar lo discutible del mismo y el cambio de perspectiva que, en este punto, se ha operado en la teología actual respecto de la tridentina y postridentina. Me parece que los presupuestos teológicos discutibles y distintos de los nuestros en que Tr. se mueve podrían sintetizarse de esta forma, aceptando el riesgo que siempre presentan las esquematizaciones. Ries­ go que se ha de asumir, a fin de no hacerse interminable en la expo­ sición. Así pues, 1) se supone y sigue una secuencia de la actual his­ toria de salvación que en tiempo de Tr. ya era discutible y ahora ha ganado en inseguridad; 2 ) se presupone una interpretación teológica

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