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EL DIOS INSUSTITUIBLE 99 El marxismo histórico reduce los diversos niveles de la vida humana al factor económico; más en concreto, al modo de producción, que sería la base, infraestructura o raíz determinante del mundo humano. Este modo de producción comprende los factores: subjetivo (trabajo huma­ no), objetivo (los medios de producción y la naturaleza exterior sobre la que actúa el trabajo); relaciones que vinculan al hombre con los me­ dios de producción y con los otros hombres (artesanía, manufactura, maquinismo, automación...). En el capitalismo la relación humana va de unos hombres que ponen los medios de producción a otros que venden su trabajo a cambio de un salario. Sobre esta base se eleva la superestructura con su tres niveles: orden social = clases; orden político con sus instituciones que reflejan la base a través de la estructura social; mundo mental (moral, religión, derecho, e incluso, ciencia). La conexión entre la base y la superestructura tiene en Marx y En- gels dos formulaciones diferentes: determinismo total en la superes­ tructura por parte de la base; o una cierta autonomía de los demás factores, aunque en última instancia la producción será lo decisivo. A la hora de la verdad, sin embargo, es una superestructura concreta —el gobierno dictatorial comunista— quien con su decisión cambiará el modo de producción y el resto de las estructuras sociales y políticas: una inversión total del materialismo histórico. En relación con el hombre, Marx defiende su autosuficiencia dentro del proceso dialéctico de la naturaleza. Por contraposición a ella se inicia la evolución humana y, con la antítesis de la alienación —actual lucha de clases— , sigue hacia la síntesis de la futura sociedad comunista, reino mesiánico de libertad e igualdad. Según Althusser late aquí un «antihumanismo teórico», ya que el hombre depende radicalmente de factores externos a él: la evolución de las fuerzas productivas, las relaciones necesarias de producción, la superestructura... Pero quizás sea más pertinente la interpretación en sentido humanista, ya que el mismo concepto de alienación remite a la esencia humana, cuya libertad e igualdad son el objetivo fundamental de su desarrollo. Le falta, con todo, el elemento más decisivo del huma­ 3. Marxismo h istó rico 4 4. G. R. de Yurre, Materialismo histórico y concepción marxista del hombre.

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